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A mitad de camino hacia los objetivos mundiales: Un balance, parte 1

Sostenibilidad
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Naciones Unidas.- El impulso mundial en favor de un mundo más seguro, más verde y más justo, tal y como se recoge en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible (un plan aprobado por todos los Estados Miembros de las Naciones Unidas en 2015) ha llegado a su ecuador. Pero ¿qué progresos se han hecho hasta ahora?

Lanzada en 2015, la iniciativa estableció un plan de 15 años para realizar 17 objetivos interconectados, conocidos como Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

Desde entonces, sus ambiciosas metas han dado forma a los planes de acción nacionales, desde la construcción de ciudades resilientes y la reducción de las desigualdades, hasta la adopción de medidas climáticas y la creación de alianzas sólidas entre los sectores público y privado.

Esta serie de dos partes examina los avances realizados entre 2015 y 2023 en áreas clave. La primera parte examina la reducción de la brecha digital, la educación universal y el trabajo decente.

2015: El amanecer de la brecha digital

Cuando se adoptaron los ODS en 2015, el mundo ya estaba inmerso en una vertiginosa revolución digital, con 3200 millones de usuarios de internet y más de 7000 millones de abonados a la telefonía móvil.

Al mismo tiempo, ya estaban echando raíces los primeros casos de brecha digital. Mientras que el 80% de los hogares de los países desarrollados tenían acceso a Internet, sólo el 34% de los hogares de los países en desarrollo estaban conectados. Los países menos desarrollados estaban aún más rezagados, ya que sólo el 7% de los hogares tenían acceso a Internet.

Para millones de personas de todo el mundo, una vida sin conectividad digital es impensable, desde el acceso a la información, el pago de servicios, la asistencia médica y los estudios en línea.

2023: Las desigualdades digitales, más marcadas que nunca

Con solo pulsar un botón, millones de personas de todas las edades en todo el mundo se relacionan cada día gracias a la infraestructura digital. Sin embargo, las brechas y desigualdades digitales están más marcadas que nunca. Más de dos tercios del planeta utilizan Internet, y en 2022 había 8630 millones de abonados a la telefonía móvil.

En los países menos desarrollados, hubo un salto significativo en el número de personas con acceso a Internet: el 36% de la población, frente al 7% en 2015. En comparación, el 92% de la población de los países de renta alta y el 79% de la población de los países de renta media-alta están conectados a Internet.

A escala mundial, las mujeres utilizan menos internet que los hombres: el 63% de las mujeres, frente al 69% de los hombres. Mientras tanto, las nuevas tecnologías, turbocargadas de los riesgos que plantea el uso incrementado y sin supervisión de la inteligencia artificial (IA), pueden conducir fácilmente a la pérdida de la intimidad e intensificar los riesgos de perjuicios en la web, propagando la violencia digital y la incitación al odio junto con la desinformación.

Las agencias de las Naciones Unidas y sus socios están trabajando duro para reducir la brecha digital, liderados por el llamamiento del Secretario General de la ONU para desarrollar un pacto digital global y el lanzamiento de su informe de políticas sobre la integridad de la información en las plataformas digitales.

2015: Educación, para algunos

Cuando se adoptaron los ODS en 2015, la tasa de escolarización en primaria en los países en desarrollo era del 91%. Sin embargo, 59 millones de niños en edad de asistir a la escuela primaria seguían sin ir, de los cuales unos 33 millones eran niñas.

Otras disparidades eran sorprendentes. En los países afectados por conflictos, casi el 36% de todos los niños estaban sin escolarizar. Alrededor de 757 millones de personas en todo el mundo no sabían leer ni escribir, de las cuales dos tercios eran mujeres.

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible representaron el primer intento de los líderes mundiales de centrarse también en la educación de calidad y el aprendizaje en todos los niveles. Con su efecto transformador y su repercusión en todos los demás objetivos, la educación es como un trampolín para el desarrollo sostenible y la esperanza duradera de un futuro mejor, desde los remotos archipiélagos del Pacífico hasta los bosques de América Latina y las islas del Caribe, las aulas improvisadas de una Ucrania devastada por la guerra y los campos de refugiados del norte de Kenia.

2023: Balance de medio tiempo

Aunque se han hecho progresos, el brote pandémico mundial de COVID-19 ha afectado considerablemente a la educación en todo el planeta. Cerca de 1500 millones de niños y jóvenes de todo el mundo se vieron afectados por el cierre de escuelas.

En la actualidad, unos 250 millones de niños están sin escolarizar en todo el mundo. De ellos, unos 64 millones en edad de asistir a la escuela primaria no están escolarizados. Casi la mitad de todos los niños refugiados del mundo también carecen de acceso a la educación. Y de la población mundial de adultos, 763 millones son analfabetos.

Para el 2030, se calcula que casi 84 millones de niños y jóvenes seguirán recibir educación.

El Secretario General de las Naciones Unidas convocó la Cumbre sobre la Transformación de la Educación en 2022, en la que se pidió medidas más urgentes e intensificadas para ofrecer una educación, en particular para las niñas, los estudiantes con bajos ingresos, los estudiantes con discapacidades o en medio de crisis.

2015: El mundo laboral

En 2015, el 6,1% de la población mundial en edad de trabajar estaba desempleada. Esta cifra era mayor en el caso de las mujeres, que estaban sobrerrepresentadas en empleos vulnerables e informales y más propensas a ser cuidadoras no remuneradas. En la mayoría de los países, las mujeres con trabajos de tiempo completo ganaban entre el 70% y el 90% de lo que ganan los hombres.

Un total de 1500 millones de personas en todo el mundo estaban empleadas en trabajos vulnerables sin acuerdos laborales formales.

2023: Calcular los avances pospandémicos

La pérdida de salarios, la incertidumbre laboral y una crisis del coste de la vida cada vez mayor han sido un denominador común en los últimos años en todo el mundo, directamente afectado por la pandemia de COVID-19.

La tasa de desempleo mundial ha descendido ligeramente hasta el 5,8%, pero sigue viéndose afectada por la pandemia. Se calcula que en 2021 se perdieron 125 millones de empleos de tiempo completo como consecuencia de la pandemia, lo que afectó de forma desproporcionada a mujeres y jóvenes.

El año pasado, más de 2000 millones de trabajadores en todo el mundo estaban empleados en el sector informal sin cobertura de protección social.

En 2021, el Secretario General de las Naciones Unidas puso en marcha el Acelerador Mundial del Empleo y la Protección Social para Transiciones Justas, con el fin de ampliar la protección social a 4000 millones de personas y crear al menos 400 millones de empleos decentes. De 2020 a 2022, la cartera para la protección social universal del Fondo ODS Conjunto proporcionó financiación crítica para mantener y expandir la cobertura de la protección social en 39 países de todo el mundo, donde los respectivos equipos de las Naciones Unidas apoyaron a los gobiernos para llegar a 147 millones de personas vulnerables y brindarles acceso a nuevas o ampliadas prestaciones de protección social.

© UN Cambodia. El acceso a una educación de calidad es una preocupación creciente. En todo el mundo, casi 617 millones de personas no alcanzan los niveles mínimos de competencia en lectura y matemáticas.
© UN Cambodia. El acceso a una educación de calidad es una preocupación creciente. En todo el mundo, casi 617 millones de personas no alcanzan los niveles mínimos de competencia en lectura y matemáticas.