Ciudad de México.- Del 13 al 15 de noviembre, centenares de organizaciones civiles y fundaciones de todo el país se reunieron en la Ciudad de México para dialogar con empresarios, líderes sociales y funcionarios públicos en la Reunión organizada por el Centro Mexicano para la Filantropía (Cemefi), asociación civil fundada por el empresario Manuel Arango Arias.
La vigésima primera edición de la Reunión Anual del Cemefi 2017, tuvo como ejes temáticos las contribuciones de este sector en la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, en una coyuntura política y económica compleja. Por ello, el tema central de esta edición fue Desafíos y Oportunidades en Tiempos Complejos. El programa estuvo conformado por 6 paneles plenarios, 19 mesas de trabajo, 17 foros de pensamiento y 2 conferencias magistrales.
Algunas ideas centrales que se discutieron durante la jornada son:
Desafíos de la sociedad civil
Asegurar los flujos de información con transparencia por parte de los organismos gubernamentales.
Sí hay una resistencia enorme a que las instituciones comiencen a funcionar como las planteamos, para prevenir la corrupción. A nivel de los estados es más patente, los sistemas estatales anticorrupción tienen muchos problemas para operar.
En el gobierno, no hay un líder que actúe como promotor de un sistema anticorrupción. Las acciones de la sociedad civil en esta materia necesitan el coro de la clase política y aún falta un largo camino por recorrer.
Otro desafío de la sociedad civil organizada es la consolidación de un nivel de exigencia que pueda generar una presión real en la clase política. El problema estriba, también, en que no todos los ciudadanos están lo suficientemente informados y por tanto, no están en condiciones de alzar la voz y hacerse escuchar.
Ante la falta de confianza en el gobierno, lo primero que tiene que hacer la sociedad civil es no replegarse hacia lo privado, sino seguir hacia adelante hacia lo público. Lo público es buscar fortalecer el estado de derecho, un estado donde la ley se cumple. Un estado en donde no prevalezca un sistema de privilegios.
La sociedad civil y el periodismo de investigación han logrado colocar temas relevantes para la sociedad en la agenda pública. El papel de la sociedad civil es ser oposición y resistir las presiones (del gobierno) que ponen en peligro la independencia de este sector, ser puentes entre víctimas y el estado.
Desafíos del sector empresarial
Se dijo que el gran reto de la nación es el modelo del país que estamos construyendo y que debemos construir. El gran desafío del sector empresarial es el de generar valor, desarrollo, pero en un entorno de libertad; pues la corrupción y la presión política también afecta el desempeño del sector privado.
Los retos de México son muy grandes y se requieren grandes alianzas intersectoriales. También las empresas requieren aliarse con organizaciones de la sociedad civil si desean incidir en temas puntuales de la agenda pública.
La empresa también puede potenciar el trabajo de las organizaciones de la sociedad civil no solo con dinero, sino como un mentor de sostenibilidad y desarrollo.
Desafíos de la colaboración entre sociedad civil y la clase política
Debe reconocerse que la sociedad civil está logrando incidir en la agenda pública. Muchos de los temas de interés público (derechos humanos, sistema anticorrupción, transparencia en los recursos) han llegado al poder legislativo gracias al trabajo y persistencia de la sociedad civil.
Es por eso que el gobierno percibe a la sociedad civil organizada como una amenaza y busca debilitarla, escindirla, amedrentando a sus líderes a través del espionaje o dificultando aún más su marco regulatorio, fiscalizándolo.
Si bien hay liderazgos en el sector de las organizaciones civiles que están empujando una agenda ciudadana, no hay la voluntad política de retomarla ni mucho menos para defenderla. Algunos funcionarios sí desean colaborar con la sociedad civil pero no al grado de comprometerse realmente con ella.
Una nueva clase política está surgiendo, en la que sí hay quienes entienden que la sociedad civil ha cambiado y está lista para hacer propuestas de políticas públicas. Sin embargo, no es la mayoría. Quizá el gobierno no está preparado para enfrentar las expectativas de una sociedad civil organizada más fuerte, crítica y con cierto capital social para exigirle cuentas.
La sociedad civil organizada hacia el 2018
Es preciso reconocer que aunque el sector de las organizaciones ha tenido logros, aún no se han obtenido los deseados. La impunidad, la injusticia, la inequidad de género siguen prevaleciendo. La opacidad en el gobierno es una constante. Los ciudadanos no sabemos en qué y cómo se distribuyen los recursos públicos.
La sociedad civil organizada debe seguir conduciéndose con arrojo y sin tibiezas, sin recesos y de manera radical en temas de interés público. Por ejemplo, el índice de violencia es algo que a todos los mexicanos afecta pero es un porcentaje mínimo el de los ciudadanos que trabajan para disminuirla. La corresponsabilidad debe ser un ejercicio cotidiano y no solo el de unas cuantas organizaciones civiles.
No debemos permitir que la desconfianza en las instituciones públicas actuales ponga en duda la utilidad de la democracia como nuestro sistema de gobierno. Todos debemos de defenderla y de trabajar a favor de construir un mejor futuro. La sociedad civil organizada ha cambiado y en miras al proceso político electoral que está por comenzar, los resultados tienen que ser distintos. Los ciudadanos deben informarse, votar y exigir resultados a los futuros gobernantes.