Monterrey, México. (UDEM).- En su Proyecto de Evaluación Final (PEF) para graduarse de la Licenciatura en Enfermería en la Universidad de Monterrey, Xanath del Rosario Rivera Cruz y Violeta Aracely Castañeda Sierra investigaron el impacto de la música sinfónica sobre la ansiedad de estudiantes de educación superior.
Una gran cantidad de estudiantes en instituciones de educación superior enfrentan una carga de estrés a la hora en que deben cumplir con proyectos especiales o durante el periodo de exámenes, aunque no es un tema al que normalmente se le otorgue mucha atención.
En un intento por mitigar la ansiedad estudiantil, las ahora exalumnas Xanath del Rosario Rivera Cruz y Violeta Aracely Castañeda Sierra, de la Universidad de Monterrey, probaron de qué forma los compases y los acordes de la música sinfónica podrían incidir en el ánimo y el sistema nervioso de las y los jóvenes de educación superior.
A través de su Proyecto de Evaluación Final (PEF) para graduarse de su Licenciatura en Enfermería, descubrieron que un poco más del 92 % del alumnado tomado como muestra afrontó inadecuadamente el estrés, mientras que, en ese mismo grupo observado, más del 54 % superó la situación de tensión al aplicar musicoterapia.
Xanath y Violeta egresaron de la Escuela de Enfermería de la UDEM en el semestre Primavera 2020, con el PEF Afrontamiento del estrés académico en estudiantes universitarios mediante musicoterapia, bajo la asesoría de la profesora Patricia Addarith Magaña Lozano, quien también es directora del espacio académico.
En la investigación universitaria, las alumnas demostraron la importancia del papel de las enfermerías en las escuelas para apoyar a los estudiantes a afrontar el estrés a causa de las demandas académicas.
Xanath señaló que la respuesta de afrontamiento con música clásica o relajante puede mejorar los niveles de estrés académico a nivel psicosomático, debido a que despierta emociones positivas.
La exalumna explicó que los estudiantes universitarios experimentan estrés relacionado con requisitos académicos, como las calificaciones, las tareas, los exámenes y el cubrir con horas de prácticas y teoría, pero la mayoría de las veces las habilidades de afrontamiento que poseen son inadecuadas.
Soy una persona que me estreso mucho con lo relacionado a la escuela, el sacar buenas calificaciones, entregar los trabajos en tiempo y forma, y hacerlo bien; como también mis compañeros se estresaban, decidí estudiar este tema, aparte de que es muy fácil conseguir la música en estos tiempos y no tiene efectos colaterales”, sostuvo.
Agregó que otros estudios establecen que el alumnado de las áreas de Ciencias de la Salud es una población sobre la que impacta más el estrés que en otras áreas, debido a la naturaleza de sus funciones y sus prácticas.
“Lo habitual es que muchos estudiantes, para reducir el estrés, se van a fumar; pero en clases, nos enseñaron que existen varias alternativas para poder disminuir los niveles de estrés: nos hicieron sesiones de musicoterapia y relajaciones guiadas; la verdad es que terminábamos más tranquilos y más seguros de nosotros mismos”, relató.
La ahora Licenciada en Enfermería destacó que, con la música, se hacen interconexiones sinápticas que inducen a que una persona pueda asimilar y manejar, de una manera más rápida y eficaz, una situación de estrés, por ejemplo, entre otros resultados, reduce el cortisol.
“Además, la música se puede integrar no solo a un contexto clínico, como en el hospital, sino en otros ámbitos, por ejemplo, en las escuelas o universidades”, indicó.
EL ANTES Y EL DESPUÉS DE LA MÚSICA
Según se pudo comprobar en el estudio realizado por las alumnas, el estrés lleva a las y los jóvenes a un patrón negativo de comportamiento, desarrollo de síntomas psicosomáticos y disminución del rendimiento académico: no sienten ser capaces de realizar con éxito un examen, porque no se sienten preparados, se eleva su ansiedad y descienden sus expectativas positivas, porque no tienen sus emociones negativas bajo control.
En una segunda medición posterior a la musicoterapia con música clásica, las alumnas establecieron que este factor pasó a ser parcialmente adecuado, ya que los participantes identificaron que muchas veces fueron capaces de evaluar y sentirse seguros de sí mismos ante situaciones difíciles en el ámbito académico, lo que concuerda con estudios recientes, citados en el PEF.
Otro de los hallazgos fue en relación con el factor de planificación y gestión de recursos personales, ya que las y los alumnos no organizaban sus tareas ni su tiempo adecuadamente, ni sabían identificar los recursos personales para enfrentar las demandas académicas.
Pero en la segunda medición, posterior a la musicoterapia, este factor pasó a ser parcialmente adecuado, ya que identificaron que muchas veces las y los jóvenes lograron gestionar su tiempo y prioridades para lograr sus objetivos, como se establece en otras investigaciones mencionadas en este trabajo, acerca de que la música de Mozart ayudaba a mejorar la capacidad de los estudiantes de realizar un plan de acción para responder a las demandas escolares.
La investigación de Xanath y Violeta reveló también que la búsqueda de apoyo social era parcialmente inadecuada en el sentido de que el estudiantado expresara sus opiniones para buscar apoyo y pedir consejo de algún familiar o amigo cuando enfrentaran una situación difícil en su vida académica, lo que los lleva a aislarse y evadir hablar de esos problemas.
Se pudo constatar que, después de la musicoterapia, la búsqueda de apoyo social fue más adecuada, ya que comenzaron a hablar sobre sus problemas y pedían consejo a sus parientes para afrontar el problema y sentirse apoyados.
Esta investigación universitaria tuvo una muestra de 24 estudiantes de la propia Escuela de Enfermería; se aplicó predominantemente a mujeres y la edad promedio fue de 20 años.
Sus estudios en la Licenciatura en Enfermería en la UDEM permitieron a Xanath desarrollar la sensibilidad para captar las necesidades emocionales de las personas en el entorno.
La UDEM me inspiró a ser la mejor versión de mí misma, al brindarme a expertos en el área de la salud que me ayudaron a explotar mis habilidades y conocimientos a fin de brindar un servicio de calidad al prójimo”, indicó.
PARA INVESTIGACIONES FUTURAS
Xanath afirmó que existen otras alternativas para disminuir el estrés: la aromaterapia, el yoga, el ejercicio y hábitos de vida sana, como comer bien, pero la música es una de las opciones más económicas.
Incluso, en algunos países, como Colombia, India y algunas regiones de Asia, según la exalumna de la UDEM, utilizan la música como un adyuvante a la anestesia, lo que supone reducir los costos hospitalarios al utilizar dosis menores.
Por otra parte, me habría gustado incluir otros géneros musicales en el estudio; las personas que participaron en el grupo nos comentaron que también les puede ayudar otro tipo de música, al fin de cuentas somos muy diversos y nuestros gustos son diferentes”, mencionó.
De hecho, la investigación está abierta a otros estudios complementarios que podrían realizarse posteriormente, no solo en la diversidad de géneros musicales, sino en la aplicación de la musicoterapia en el campo clínico.
“Ya dentro del campo clínico, los pacientes en el área de terapia intensiva muchas veces están sedados, y nosotros, como profesionales de la salud, sabemos que el sentido que se pierde al final es el auditivo, por eso exhortamos a que la familia siga hablándoles, pero también hay evidencia de que la música los empodera para poder afrontar esa situación médica”, explicó.