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La Observación de la Vida en Vivo de un Urbanista

Estilos de Vida
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Semblanza del arquitecto urbanista mexicano, Guillermo Cortés Melo

Por Brenda Morales Mendívil

Monterrey, México- A lo largo de la vida del arquitecto y urbanista Guillermo Cortés Melo, su motivación ha sido la belleza de la naturaleza.Su tío Ignacio Cortés, maestro de educación básica en Galeana,N.L. cuando regresaba a vacacionar a su pueblo de Linares, le dedicaba dos meses completos a instruirlo en plasmar la naturaleza a través del dibujo y  el arte; le enseño biología, zoología y contemplar la naturaleza. Es aquí cuando surgió su interés por los trazos y la ilustración que lo llevó a ser uno de lo más destacados urbanistas de México.

Nace el 18 de marzo de 1934 en el centro de la ciudad de Monterrey en ese entonces la ciudad era pequeña. Vivió su infancia en diferentes barrios, le gustaba convivir con la gente, lo cual influyó en él, disfrutaba recorrer las calles de la ciudad; estuvo en varios colegios debido a los constantes cambios de domicilio, casa nueva, colegio nuevo.

“En la escuela me gustaba caminar, el dinero que me daban para el camión lo guardaba para comprar libros, en un mes me compraba un librito en la librería de la Calle Juárez”,comentó; y así se acostumbró durante sus años de educación primaria.

En sexto año de primaria lo mandaron a Laredo Texas a estudiar inglés, estuvo interno un año, “En ese entonces era lejisimo Laredo” comentó entre risas. Ahí también continuó con  sus clases de dibujo; entrando a primer año de secundaria, vivía cerca del colegio y aprovechaba su tiempo libre para dibujar y jugar basquet ball, que era otra de sus pasiones; también realizaba excursiones siendo líder de patrulla scout.

En el Colegio Regiomontano, cada cierto periodo realizaba un dibujo en el pizarrón que se quedaba ahí una semana por orden del maestro, ya que disfrutaban observar el talento de Guillermo. Cuando estaba en tercero de secundaria, se abrió la Escuela de Artes Plásticas de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), las clases se impartían en lo que era el observatorio astronómico, asistiendo de dos a tres veces por semana de 8:30 a 9:30 “iba y venía con mi caja de pinturas y cuadros”, señaló, simulando lo que cargaba con sus manos.

“Al entrar a Prepa, la maestra de pintura me invitó a irme a Barcelona, con ella y con su esposo, ya que no tenían hijos, yo era el más chiquillo de la clase de pintura, y pues pedí permiso y no me lo dieron, me dijeron - luego te vas de artista si quieres, pero primero estudia- “, recordó entre carcajadas.

En la Prepa le gustaba mucho la química, tanto orgánica como inorgánica, tenia la duda de si dedicarse a eso; así que tomó dos bachilleres, uno de química y otro de arquitectura, lo cual lo llevó a finalmente a decidirse por la arquitectura.

Antes de entrar a la Universidad, fue con el arquitecto Joaquín A. Mora, quien era el director de la Facultad de Arquitectura a tomar clases de acuarela en su periodo vacacional, posteriormente al entrar a la facultad, le fue muy bien con sus calificaciones, y tuvo la suerte de que en el segundo año de la carrera, un amigo le pidió el proyecto de un club social. El club social era CEMEC, donde su papá era socio, tras planear y trazar planos construyó el proyecto. Este primer proyecto le abrió las puertas al mundo laboral, puesto que uno de los miembros del club pidió que le construyera su casa.

El urbanista francés, Jean Gastón Bardet su inspirador

Cuando cursaba el cuarto año de carrera, vino el mundialmente reconocido, Jean Gastón Bardet, Urbanista Francés invitado por el Lic.Raul Rangel Frías, Rector de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) a un Congreso Internacional de Sociología, a dar una conferencia en el Aula Magna y  escuchó a un urbanista por primera vez.

“Siendo presidente de la sociedad de alumnos, invité a Jean Gastón Bardet a dar una plática en la facultad, desde ahí despertó mi interés por el urbanismo, ví que era otra área de explorar mucho más amplia que la mera arquitectura, que es preciosa, pero mucho más amplia en los aspectos sociológicos, ecológicos, económicos, pero sobre todo en un aspecto de servir a los demás en un área más amplia” señaló Cortés Melo.

"Seguí estudiando urbanismo, mis calificaciones todas fueron muy altas, arriba de 96, excepto urbanismo, que me pusieron 70, porque el maestro que nos daba clases se fue peleado con la UANL y renunció dejando el curso a medias. Entra al instituto alguien que no era urbanista, que era el director de la facultad y dijo -como yo no sé urbanismo, nadie va a sacar arriba de 70, todos van a sacar 70 parejo-, y esa decisión afectó mis calificaciones, porque cuando yo pedí beca para urbanismo me dijeron “oye y ese 70 que” es una anécdota curiosa, un detalle simpático” , dijo, entre risas).

Al terminar la facultad, decidió ir a Francia a estudiar el idioma francés, hizo su tesis y solicitó beca, pero para urbanismo no había. Conocía de rebote a un abogado, amigo de su papá, que tenía que ver con el Banco de México, Don Rodrigo Gómez que era el director; le mandó una carta donde le solicitaba una beca, y fue personalmente pero le respondió que lo sentía mucho, que sí lo merecía, pero que no tenían becas por parte de la institución bancaria.

Sin embargo en la Alianza Francesa consiguió una beca, no para urbanismo, sino para “Técnicas de Construcción Inmobiliaria de la Posguerra en Francia”, eso tenía relación, porque cada grupo de edificaciones tiene que ver con un estudio urbano. Ya estando ahí, aprovechó la oportunidad. “Me casé antes de irme, y el último proyecto grande que hice, no me lo pagaron y se quedo sin pagar, afectando mis gastos, pero pude conseguir una beca de casados, viviendo en un departamento; en fin, nos fuimos a Paris”, comentó.

Estando en el Ministerio del Urbanismo y la Construcción por las mañanas y en el Instituto de Urbanismo por las tardes, volvió a encontrarse con Jean Gastón Bardet en un libro, se puso a leer más de él y el interés lo llevó a buscarlo personalmente; en ese entonces Jean Gaston Bardet era director del Instituto Internacional de Urbanismo en Bruselas, mismo que el fundó. Finalmente lo encontró, y le aconsejó viajar lo más que pudiera para conocer y ver todo tipo de arquitectura urbanista. Cortés Melo, recorrió muchas partes de Europa durante tres meses y medio, al regresar a Bruselas, ingresó al Instituto Internacional de Bruselas, realizando el estudio formal del urbanismo.

Para obtener el titulo de Urbanista, tenía que ser arquitecto y posteriormente formarse en la carrera del urbanismo, si era ingeniero, sociólogo, economista, etc. se podía estudiar urbanismo, pero al no tener la capacidad de diseñar se les daba en título de “urbanólogo”.

Antes de regresar a México, le ofrecieron trabajo en Holanda, mismo que rechazó por querer aplicar su conocimiento para mejorar su país.

Creador y constructor de los Condominios Constitución

Regresó a México, específicamente a Monterrey y consiguió trabajo como Jefe de Departamento del Plan Regulador y Profesor en la Facultad de Arquitectura formando alumnos que posteriormente fueron parte de su equipo de trabajo, teniendo excelentes colaboradores de manera gratuita, haciendo su servicio social. Realizaron levantamientos topográficos entre cerro y cerro, e hicieron un plan de estudio de investigación urbana en Mexico para posteriormente publicar el libro “El Futuro Urbano de México”.

Ese plan regulador se aplicó prácticamente para todas las grandes vialidades que tiene Monterrey, como Pino Suárez, Cuauhtémoc, Avenida Colón, para el drenaje pluvial, etc. El plan se aplicó por convencimiento, no por obligación, ya que fue muy bien recibido y en base a la aceptación, se tomó como un instrumento de referencia para tomar en cuenta en las aprobaciones para planificación, convirtiéndose en una “jurisprudencia”, al ser bien visto por las autoridades municipales y estatales.

Durante 10 años se estuvo aplicando estrictamente ese plan, porque sus colaboradores formados pasaron a ser Jefes de Desarrollo Urbano en los distintos puntos del área metropolitana.

Cuando el plan regulador tenía dos años de ser aplicado, llegó en visita  de trabajo a la ciudad el Director del Banco de México, Don Rodrigo Gómez, cuando el Arquitecto Urbanista había presentado en el Palacio de Gobierno de Nuevo León, una exposición del plan regulador de lo que se estaba haciendo, a lo que el gobernador Eduardo Livas Villarreal le pidió que fuera a exponer el plan al Presidente de la República, Adolfo López Mateos y al Director del Banco; durante la exposición se cuestionó sobre el posible desarrollo de un sector de la ciudad, lo cual ya se estaba aprobando con Estados Unidos, en el  programa la Alianza para El Progreso.

Había fondos para construir edificios multifamiliares cerca del centro de la ciudad, lo cual sería su primer experiencia en Monterrey, es cuando el presidente López Mateos  sugiere que el proyecto sea realizado por el expositor y de esa manera Guillermo Cortés Melo, construyó el complejo Condominios Constitución, siendo acreedor del Premio de Vivienda Popular.

El gobierno francés envió una invitación a una persona de cada país (el requisito para ser invitado era haber estudiado en Francia, tener un puesto importante en materia de urbanismo). Le enviaron una carta para un curso de actualización en técnicas modernas de urbanismo con duración de 4 meses en la que participaron urbanistas de Colombia, Brasil, Canadá, Grecia, entre otros.  

Fue nombrado Director de Planificación del Estado, por el gobernador Eduardo A. Elizondo Lozano, quien le ofreció una beca para volver a Francia, accedió y viajó. Al regresar, Eduardo Elizondo había renunciado a su cargo como gobernador por un problema con el presidente Luis  Echeverría Alvarez, y el nuevo gobernador Luis M. Farías Martínez, ya había nombrado a alguien más desituyéndolo de su puesto y sin trabajo. Lo cual lo orilló a poner su despacho, no faltaron proyectos ni trabajo, con casos particulares, INFONAVIT Y FOVISSSTE.

Más tarde, se presentó la oportunidad de fundar el Centro de Investigaciones Urbanísticas Nuevo León, lo cual lo motivó a no dejarlo solo en estudios e investigaciones, sino aplicarlo; entonces habló con las Naciones Unidas e hizo múltiples viajes, consiguió los fondos y contrató un asesor en Washington, hablando con las autoridades correspondientes, realizaron una investigación a Desarrollo Urbano Rural del Noreste de México, y volvió a llamar a Jean Gastón Bardet para invitarlo a unos cursos, tuvo la fortuna de recibirlo en su casa en varias ocasiones.

Jean Gastón fue un mentor para el arquitecto Cortés Melo tanto en el urbanismo, como en la vida espiritual; un buen amigo y modelo a seguir.

Por circunstancias ajenas al arquitecto, el planeado proyecto de fundación del Instituto Urbanista en Nuevo León paró y se terminó el centro. Posteriormente hizo un viaje becado a Egipto, con personalidades de la arquitectura y funcionarios públicos de alto nivel, en una exposición de arquitectura, el país y su contexto internacional. A su regreso lo nombraron Director de Vivienda, ya que siempre le interesó la vivienda popular y el como ayudar a las personas más necesitadas para tener un lugar en donde vivir.

Le tocó lidiar con altibajos y un proyecto que le dolió abandonar, fue el de San Bernabé, el cual le truncaron por desacuerdos con el gobierno y tuvo que abandonar;  el propósito era apoyar a la gente con vivienda y programas de auto construcción. Al ser suspendido el proyecto de San Bernabé, se queda sin trabajo y sin motivación por un tiempo.

Le llaman para un proyecto de arquitectura y comenzó a tener nuevamente una estabilidad económica, regresó a la Facultad de Arquitectura como Secretario y Maestro en nivel posgrado en la maestría de Desarrollo Urbano. Al cabo de cuatro años, era tanto el trabajo, que por cuestiones de salud, tuvo que reducir su ritmo y renunciar a su trabajo como profesor. Hoy dedica su vida dar conferencias sobre urbanismo, regresó a impartir dos clases en arquitectura, apoya en congresos y aparte de ser autor de sus propios libros, dedica gran parte de su tiempo a hacer traducciones de libros del francés al español de Jean Gastón Bardet para publicar y difundir.

Proyecto urbanístico Calzada Madero, un regalo a la Ciudad de Monterrey

Con respecto a la arquitectura en tiempos actuales, indicó: “La observación de la vida en vivo, se ha acortado mucho, y eso es muy importante, ver a la gente”, tuvo experiencias haciendo casas de adobe, cuando estuvo en vivienda, hicieron experimentos con el fin de hacer una casa lo más económica posible y que la gente pudiera hacerlas también. “Entonces hicimos toda una investigación sobre el adobe, construí con adobe y me traje una maquina adobadora de Bélgica” señaló mientras frotaba sus rodillas con sus manos.

Actualmente tiene un proyecto que dirigió y regaló al gobierno municipal de Monterrey, “Calzada Madero”, el cual está completo, se presentó desde el sexenio pasado al alcalde Adrian de la Garza Santos, pero no fue desarrollado; recientemente fue presentado a la nueva administración que encabeza Luis Donaldo Colosio Riojas, quien está muy interesado en el proyecto, así como la Cámara Nacional de Comercio de Monterrey (CANACO),  pero a la fecha no ha sido aprobado.

He tenido buenas secretarias, excelentes colaboradores, y he sido muy bendecido en ese aspecto” explica Cortes Melo.

Es todo un aprendizaje escuchar a una verdadera eminencia de la arquitectura y el urbanismo, un hombre de 87 años, sano, pleno y felizmente casado con el amor de su vida, 63 años para ser exactos, con la  principal colaboradora y regañadora cuando dice que trabajo mucho, comenta sonriendo al referirse a su esposa  Mireya Tamez Kelly. Tiene una familia grande, puesto que tuvo 2 hijos y dos hijas, que ahora también tienen sus propias familias; familias cimentadas con las bases de un Arquitecto que supo edificar su núcleo con los dos pilares más sólidos, la fé y la dedicación.