El duelo y el dolor deben ser visibilizados

Pérez  Islas dijo que con la pandemia “todo mundo requiere hablar de duelo, todo mundo requiere hablar de dolor, requiere hablar de muerte, tema que habían estado algunos haciendo a un lado, posponiendo, relegando y de pronto la necesidad de hablar de esto fue enorme”.

Con el aislamiento vivido durante los años 2020 y 2021, las personas que perdieron a alguien a causa del COVID-19 no pudieron sacar sus emocione y sentimientos, ya que “los dolientes tienen algunas necesidades básicas, la primera necesidad de un doliente es que su dolor sea visto, lo que paso en pandemia es que tú dolor era silencioso, era en tu casa, era guardado, no teníamos el abrazo, la contención, el apoyo, porque todos estábamos asustados, digamos que los hombros de los demás estaba caídos, ¿en qué hombro te recargabas, si no había quien”, mencionó la tanatóloga.

Agregó que la segunda necesidad de un doliente es expresarse, “no solo que su dolor sea reconocido, sino expresar lo que siente, decirlo, hablarlo” para sacar sus emociones y sentimientos, la tercera necesidad es trabajar la culpa, ya que “hay dos maneras  de acercarte a la muerte: desde la humildad y es entender que no la controlas, y desde la soberbia, perdón la palabra, porque es fuerte, pero desde la soberbia de pensar que hay algo que yo pude haber hecho o dejado de hacer que cambiara el resultado de las cosas”.

Pérez Islas alertó que a los niños hay que hablarles con la verdad a su nivel y la verdad acompañada acerca de la pérdida y el duelo, “creo que es fundamental que con los niños hagamos una cultura del duelo”, ejemplo de ello es que el niño pueda despedirse de la persona que va fallecer, ya que “el niño se impresiona más por la ausencia, que por la presencia pues ya un poco desaliñada de alguien. A un niño hay que enseñarle ver a la persona a los ojos para que no se distraiga con su apariencia física”.

Subrayó que cuando es una enfermedad que va desencadenar la muerte de la persona, a los niños se les debe explicar que los aparatos y mangueras a los que se encuentran conectados por el momento le sirve para respirar, pero que se encuentra muy delicado, ya que así al niño no se le va sorprender de que estaba enfermo y luego murió, ya que eso podría generar miedo en e niño cuando enferme y crea se puede morir.

Gaby invita a los padres de familia a ser apoyo de sus hijos e hijas adolescentes y jóvenes cuando viven duelo por un par que lamentable tomo la decisión de suicidarse, ya que los padres de familia deben darle la importancia a los dolores de los hijos por el duelo de la muerte de un amigo o terminar una relación amorosa.

Pérez Islas enfatizó que un duelo “no caduca, no es una deuda con un banco que prescriba, tú tienes que hacer el trabajo de duelo, no importa cuántos años  hayan pasado de tu perdida, nunca es tarde para sentarte a ver el dolor de frente en lugar de estarlo evitando”, ya que es necesario hacer las tareas, despedidas y cierres, ya que cuando se ha querido a alguien “no tienes que quedarte demasiado tiempo triste, si tienes la satisfacción del deber cumplido y sabes que amaste bien a esa persona, no es una cuestión de tengo que demostrar cuanto le he amado quedándome mucho tiempo triste, volver a ser feliz es lo que esa persona hubiera querido”.

Gaby también comparte su dolor por la pérdida de su mamá, pero también le hace ver a sus lectores que hoy honra a su madre no desde la tristeza, sino desde la vida y siguiendo con una misión.

Para celebrar contigo los diez años de su primer bestseller, Gaby Pérez Islas lo actualiza con información reciente y un diseño renovado. También incluye una charla virtual con el fin de guiarte y permitirte recuperar la autoestima y la seguridad, pues esa es la mejor manera de honrar a quienes ya no están.

La presentación del libro en la FIL Monterrey es este 8 de octubre a las 18 horas.