Monterrey, México.- Disfrutar de tu helado favorito en un día soleado o un chocolate caliente en una noche fría no debería tener mayores consecuencias para tu cuerpo; sin embargo, esta no es una realidad para la mayoría de las personas ya que la intolerancia a la lactosa es la restricción alimentaria más común, pues afecta al 70% de la población mundial.
Pero, ¿cómo podemos disfrutar de estos alimentos sin sentir el malestar generado por la lactosa? ¿Existe alguna forma natural de reducir la inflamación o distensión que causa?. Seguro tienes muchas dudas alrededor de este tema, pero la respuesta a estas preguntas es sí; en personas con intolerancia a la lactosa, el uso de probióticos ayuda a reducir los síntomas de este malestar gracias a la presencia de las bacterias ácido lácticas, mejorando así la digestión de la lactosa.
Y aunque podrías pensar que lo mejor es evitar productos lácteos, estos cumplen funciones importantes en nuestro organismo. La lactosa es el principal azúcar de origen natural que hay en este tipo de alimentos, ya que está formada por glucosa y galactosa, dos azúcares simples que el cuerpo utiliza directamente como fuentes de energía y, aunque la glucosa puede encontrarse en varios tipos de alimentos, la lactosa es la única fuente de galactosa, la cual desempeña varias funciones biológicas que participan en los procesos inmunitarios y neurológicos.
No importa si es por gusto o por salud, consumir productos con lactosa no debería ser algo tan complejo. Por suerte, en la actualidad existen los probióticos en forma de perla con tecnología de encapsulación "True Delivery" que asegura que lleguen vivos al intestino para poder realizar su función ayudando a regular el tránsito intestinal y a mejorar la digestión de la lactosa reduciendo los síntomas de inflamación o distensión que frecuentemente se presentan.
Ahora que lo tienes un poco más claro, te invitamos a que consultes a tu médico para que puedas empezar a incluir probióticos, ya que, junto con una alimentación balanceada podrás verte y sentirte increíble incluso después de disfrutar de una tabla de quesos con amigos o simplemente de tomarte un vaso de leche caliente antes de irte a dormir.