Llaman hacer a un lado la negación, las ideas viejas sobre evitar el sufrimiento
Por Reyes Gamez
Monterrey, México (Agencia de Noticias 3er Sector).- Mario Guerra en su libro Del otro lado de la tristeza (Aguilar) busca brindar un acompañamiento a las personas que hayan tenido la muerte de personas muy cercanas, ya que dijo que no cree que se superen las pérdidas, sino que uno aprende a vivir con las ausencias de los seres queridos.
El psicoterapeuta mencionó que si nuestros seres queridos sobrevivieron en su momento a sus pérdidas, entonces es necesario el preguntarse por qué yo no he de poder hacerlo, ya que no somos los últimos que lloramos por nuestro linaje.
“Es perfectamente normal al inicio de la pérdida no querer ver a nadie no, querer hablar con nadie. Es más esta normal decir yo ya no vuelvo a salir a la calle, ya no me interesa la vida es muy normal decir eso al principio, pero al poco tiempo vamos regresando un poco a la vida cotidiana, ya que una forma de rendir homenaje a la persona que murió es hacerle saber que gracias a su paso por nuestra vida podemos seguir viviendo, que no se llevó todo”, señaló Mario.
En Del otro lado de la tristeza, Guerra entrega un texto que a los lectores les permite sentirse con un amigo que te escucha en esos momentos difíciles, además te acompaña en retomar el camino que decidas, ya que el autor sin olvidar lo técnico de su especialidad, da un tono muy cálido.
“Me doy cuenta de la necesidad, que hay precisamente, de un abordaje menos técnico, sino más humano, más sensible, tratando de llevar la experiencia de años, de tener pacientes en estos casos de pérdida de duelo y tratar de acompañarlos, no para decir por dónde deben de ir, sino para acompañarlos por donde vayan en este camino, algunos estarán más metidos en la tristeza, otros quizá más en la vida práctica, pero mi intención ha sido la de acompañar a las personas que están pasando por esos momentos difíciles, sabiendo a veces que lo que están sintiendo es normal, ya que a veces uno no sabe si es correcto, si no es correcto, y esa es la aproximación que quise darle yo al libro para que sea verdaderamente un momento de acompañamiento”, dijo el autor.
Mario señaló que la tristeza puede verse como un pantano en el que caemos, ya que “estamos con un pie en la tristeza y un pie en la vida cotidiana, entramos y salimos, mientras entremos y salgamos, podemos decir que es un camino adecuado, malo cuando nos quedamos siempre en la vida cotidiana y no queremos tocar la tristeza, eso quiere decir que inevitablemente vamos a caer tarde o temprano y desde alturas más grandes. Y tampoco ayuda el quedarse siempre en la tristeza sin salir a la vida cotidiana y a la vida cotidiana me refiero a que todos tenemos que trabajar, tenemos familia, tenemos amigos, las actividades que uno hace cotidianamente”.
Guerra también aborda la importancia de validar los diferentes momentos de pérdida que una persona podrá tener en su vida, ya que no solamente será el fallecimiento de un ser querido, también hay esos momentos de pérdida cuando fallece una mascota o diferentes situaciones de su proyecto de vida que le harán estar en duelo.
“Generalmente validamos las pérdidas que uno considera valiosas para uno mismo. Si, por ejemplo, para mí es muy valiosa mi familia, bueno, claramente una pérdida de la familia va a ser lo peor que me ha pasado. Pero qué del que para otra persona sea su mascota, qué tal que otra persona sea su trabajo, qué tal que para otra persona sea su proyecto de vida o el hijo que nunca tuvo. Entonces en este tránsito en este caminito, yo creo que sí vale mucho la pena darnos cuenta que para el que perdió, aquello que perdió es importante, aunque nosotros no podamos entender, toda separación que hacemos de proyectos, de personas, de vivencias, para cada uno es una pérdida importante.
Entonces sí creo que tenemos que validar las pérdidas de otros, aunque como digo, a lo mejor no lo comprendemos, uno dice: bueno, se te murió tu perro no es para tanto. ¿Pero cómo no decimos eso de una mamá o de un hijo?, entonces cada cosa es valiosa para cada uno”, señaló el autor.
Conforman las personas avanzan en la lectura del libro, irán encontrando un resumen de lo más importante y algunos ejercicios, sobre esto Mario dijo que “eso es especialmente importante en este caso, normalmente lo he hecho en todos mis libros, pero yo sé que cuando uno está en la pérdida uno puede leerse un capítulo, y luego dice: qué leí ya no me acuerdo, porque mi mente estaba puesta en las letras, pero mi corazón estaba puesto en otro lado, entonces el dar estos resúmenes, al final ayudan a las personas a reforzar, a resaltar lo más importante del libro, porque yo es difícil retener, pero afortunadamente, como digo acá, este no es un libro para retener, no es un libro de texto, sino es un libro para sentir, ir y venir, regresar, retomar, releer a la velocidad que uno pueda”.
