Docentes de ciudades del sur de México son sensibles a la situación de miles de niños y adolescentes refugiados y migrantes
Naciones Unidas.- “Creemos que la educación es un derecho humano – independientemente de la nacionalidad –acceder a la educación favorece el desarrollo de los niños. Es bueno para la niñez, la familia, la comunidad, es bueno para todos. Todos ganamos cuando apoyamos a las personas para que se conviertan en ciudadanos educados”, dice María Teresa Niño Ovando, maestra en una escuela de Tapachula, en el estado mexicano de Chiapas.