Alumnos de la EMCS trabajan en la primera línea de batalla de la pandemia
Por Martha Mariano|Campus Monterrey
Monterrey, México, Tec de Monterrey (Conecta).- En medio de una pandemia mundial, confirmando su vocación y arriesgando su salud para cumplir con su formación académica profesional, los alumnos luchan cara a cara contra el COVID-19.
Con jornadas extenuantes y entregados al espíritu de servicio, los jóvenes residentes trabajan en los principales hospitales del estado de Nuevo León, participando en el Programa Multicéntrico de Especialidades Médicas del Tecnológico de Monterrey.
Aunque algunos han contraído el virus a pesar de seguir los rigurosos protocolos de protección y que ya superaron, la emergencia sanitaria ha sido un desafío ya que al 24 de julio Nuevo León registró un total de 27,592 casos confirmados de COVID-19, de acuerdo con autoridades de Salud.
Esto solo los ha motivado a seguir ayudando en esta lucha contra el virus ya que mientras miles de estudiantes continúan sus estudios de manera remota, los jóvenes médicos se han sumado totalmente a atender personas contagiadas por esta enfermedad.
Creado en 2006, el Programa Multicéntrico se divide en 17 especialidades médicas realizadas en una colaboración pública-privada, contando actualmente con 290 alumnos y más de mil egresados.
“De nuestra base de residentes, tenemos aproximadamente 40% enfrentando directamente a los pacientes COVID-19. Siempre les digo que la misión del Tecnológico se vive. Por ello, ante esta pandemia, nos sentimos muy orgullosos de todos ellos”, mencionó el doctor Manuel Pérez, Decano de la Región Norte de la Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud.
MÉDICOS PASANTES COMPARTEN SU VIVENCIA
Enrique Pérez Ibarra es médico internista en el Hospital Metropolitano con guardias de 24 horas ha llegado a tener cerca de 60 pacientes a su cargo, por su interacción constante contrajo COVID-19, entró en cuarentena, se recuperó y regresó a la batalla más convencido sobre su propósito de colaborar con la salud de sus pacientes.
“Este programa (multicéntrico) es un gran reto, sobre todo con la pandemia, porque cada día hay información nueva acerca de esto, además de la comunicación no verbal de no ver la cara del doctor”, compartió.
Estar al frente, en la línea de batalla contra la enfermedad, continuó, le ha dejado un sinfín de aprendizajes no solo técnicos sino también humanos.
“Medicina Interna es conocer bien a la persona, para poder llegar a ser una buena analogía, una buena historia de sus enfermedades y ser parte de este programa. Es gratificante porque podemos llevar el conocimiento de lo privado a lo público.
Nunca vamos a ser personas que lo sepamos todo y con el COVID-19 espero que haya creado anticuerpos para poder sacarlo en el plasma, que una vez totalmente recuperado donaré”, comentó.
Para Enrique la contingencia ha representado una oportunidad para unir lazos entre sus colegas y pacientes.
“En esta pandemia formamos una fraternidad entre los médicos, antes si teníamos un paciente con el equipo de cirugía cada quién atendía los padecimientos que le tocaba y ahorita ya estamos aprendiendo a trabajar en conjunto por esta enfermedad”, expresó.
EXPLORAR LA RELACIÓN MÉDICO-PACIENTE
Carolina Valdez Alatorre es alumna residente en el área de Ginecología y Obstetricia del Hospital San José, para ella uno de los momentos más difíciles durante su formación ha sido el atender a mujeres embarazadas contagiadas por coronavirus.
“Estamos acostumbrados a ver pacientes sanas. La mayoría de nuestras pacientes son sanas, tienen una evolución adecuada y se van a casa feliz con el bebé, pero ahorita estamos con un gran reto, sobre todo académico”, resaltó.
A raíz de esto señaló que su visión como doctora evolucionó al grado de involucrarse no solo en su especialidad, sino en diferentes procedimientos de la medicina.
“Me he dado cuenta de que el hacer contacto, hablar con los pacientes y llevar una mejor comunicación me ha permitido desarrollarme y ser más empática”, mencionó.
El acompañamiento a las pacientes ha sido un gran aprendizaje para Carolina durante la pandemia al forjar un vínculo mayor con ellas.
“A partir del COVID-19 me tocó que comenzaran a ingresar pacientes graves, pacientes entubadas, embarazadas, eso hizo que en lo personal fuera difícil, pero es interesante y muy enriquecedora la convivencia con las pacientes”, comentó.
ENTREGARSE A LA VOCACIÓN DE SERVICIO
“Antes de ser residentes de la especialidad que sea, somos médicos, y nuestra vocación es atender a las personas”, señaló Alberto Riojas Garza, residente de cirugía general del Hospital San José.
A inicios de mayo Alberto dio positivo a la prueba por COVID-19, obligándolo a dejar sus guardias en el hospital y entrar en un confinamiento que afectaría inclusive a su familia.
Vivir este proceso durante su formación en el Programa Multicéntrico aumentó las ganas por regresar a su labor como médico ya que, según mencionó, su trabajo repercute directamente en la salud de la gente.
“Este es un periodo de formación intenso en el que no vale echarse para atrás. Todos los que estudiamos Medicina vamos con esta valentía de entrarle a los problemas y solucionarlos”, puntualizó.
Enfundarse todos los días en el overol de protección, con guantes, lentes, batas y caretas ha sido una rutina difícil de seguir, pero gratificante por las vidas salvadas, reconoció el residente.
“Es un trabajo pesado, porque estar seis u ocho horas con ese traje te deja la cara marcada y nosotros como residentes tenemos que estar ahí todo el tiempo al pendiente de los pacientes”, comentó.
Alberto está consiente de los retos que conllevan ejercer la medicina en estos momentos, no obstante le ha servido como fuente de inspiración.
“El COVID-19 es un problema real, al vivirlo de manera propia sé que mucha gente la está pasando muy mal, pero también me inspiró mucho a seguir adelante, y pues tengo que cuidarme un poco más”, expresó.
MEJORAR EL SISTEMA DE SALUD
Para Andrea Reyes Gutiérrez, residente de anestesiología, uno de los mayores aprendizajes que deja esta pandemia mundial es que el Sistema Nacional de Salud necesita reformarse.
“Nosotros como residentes debemos alzar la mano y opinar un poco en esta reestructuración de sistema porque estamos ahí todo el tiempo. Somos un puente con la familia, en lo externo”, expresó desde su guardia en el Hospital Metropolitano.
Sin embargo, Andrea Reyes sabe que su labor como médico va más allá de un sistema. Por ello se inspira de sus pacientes a quienes cuida con la esperanza de que todos vuelvan a casa con sus familiares.
“Ningún día se parece al anterior. Entonces cada momento puede pasar algo diferente. Nada está controlado. Tenemos que entender que siempre se puede aprender algo nuevo y no solo clínico.
Lo más difícil desde que entré al programa ha sido salir de la zona de confort, apoyar en actividades donde nuestros conocimientos no están súper desarrollados”, comentó.
El trabajo de Andrea ha ido a la alza de la mano de su compromiso por ayudar a sus pacientes.
“Aquí en Nuevo León los casos por coronavirus han aumentado, lo que incrementa el número de intubaciones que tenemos que hacer por día, al inicio eran más esporádicas, una o dos, pero ahorita ya no nos damos abasto estamos en el proceso de apoyar en todo”.
SABER TOMAR LAS MEJORES DECISIONES
Con poco más de tres años en el Programa Multicéntrico de Especialidades Médicas, Patricio Javier Flores López, sabe que uno de los mayores desafíos a los que se enfrenta como doctor y pediatra es la toma de decisiones.
“Este programa me ha dejado la experiencia de poder ayudar a conservar la salud de muchos niños y de otros de no haberlo podido hacer y haber participado en el duelo con las familias”, expresó desde Sabinas, Hidalgo, a minutos de haber atendido un parto y traer una nueva vida al mundo.
Agregó que hacer el bien sin ver a quién involucra no tener juicios y darlo todo durante su estancia en los hospitales.
“En este programa he aprendido el verdadero amor entre un padre y un hijo, y también de un hijo y un padre”, detalló.
Al inicio de la contingencia en Nuevo León, Patricio colaboró en el hospital Materno Infantil, donde asegura que actualmente se está brindando atención adecuada a los pacientes COVID-19.
“Empecé con la pandemia estando en el hospital Materno Infantil con todos los protocolos y las complicaciones, así como incertidumbre, pero sé que ya se está haciendo un excelente trabajo para atender a los pacientes contagiados”.
GENERACIÓN SIN PRECEDENTES
Estas experiencias hacen de esta generación una de las más especiales por el momento crítico de salud que vive el mundo entero, explicó el doctor Manuel Pérez, Decano de la Región Norte de la Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud.
El Programa Multicéntrico de Especialidades Médicas tiene el objetivo de que los estudiantes tengan una educación integral, vivencial y altamente competitiva basada en evidencia y servicio al paciente.
Este programa es un proyecto que través de la Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud (EMCS) y la Secretaria de Salud del Estado de Nuevo León, desarrollaron para la formación de residentes, explicó el doctor Manuel Pérez.
“La creación del mismo programa fue un grandísimo reto porque el concepto no existía, nadie había concebido que una universidad privada tuviera un programa multicéntrico”, aclaró.
Entre los hospitales sede de esta iniciativa se encuentra el Hospital Metropolitano, Hospital Regional Materno Infantil de Alta Especialidad y el Hospital San José.
Así como el Centro de Salud Integral Fundación Tec Salud, el Hospital Zambrano Hellion y la Unidad de Rehabilitación Psiquiátrica.
Además de contar con otras sedes fuera del estado como el Centro Estatal de Salud Mental en Saltillo, el Hospital Ángeles en Chihuahua y el Hospital General de León, Guanajuato.
“Queríamos un programa realmente integral donde pudiéramos incluir a los profesores y doctores de los hospitales públicos y llevarlos a este nivel de profesor inspirador”, agregó el decano.
El doctor Antonio Dávila Rivas, Director Asociado del Área de Posgrados Clínicos de la Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud, dijo que estos residentes representan a la institución a través de su esfuerzo y dedicación puesta en la vida de todos los seres humanos.
“Ellos nos están representando con el corazón y con el alto sentido de responsabilidad, desde antes de la pandemia.
Son los únicos alumnos del Tec que están haciendo su labor como médicos y como estudiantes y eso nos hace sentir muy orgullosos”, puntualizó.
Por su parte el doctor Carlos Félix Arce, Coordinador de Especialidades Médicas del Tecnológico de Monterrey, compartió que los residentes pertenecientes a este programa tienen la habilidad de entregarse con pasión al servicio de la medicina.
“Cuando hay una emergencia se vuelven médicos, nos llena de orgullo, es una gran satisfacción que nuestros residentes puedan hacer eso.
Ellos son los representantes del sentir de todos, en el fondo la experiencia es el mismo sentido humano y va muy empatado en ese deber ser, en la esencia del ser médico”, señaló.