La población sin acceso a comida tiene un menor rendimiento educativo y laboral.
Por Blanca Medina Viezca
Monterrey, México, UANL.- El alimento es una de las necesidades básicas del ser humano. Carecer de ingresos para llevar comida al hogar es un problema que miles de personas viven diariamente y no encuentran las herramientas suficientes para salir de esa situación.
En Nuevo León, hay 430 mil personas con ingresos inferiores a la línea de pobreza extrema por ingresos, según el CONEVAL. En pobreza extrema, hay 123 mil personas, lo que significa que además de estar por debajo de la línea de bienestar mínimo, tiene tres o más carencias sociales.
Carencias sociales (miles de personas) al 2020 en NL
841.6 Rezago educativo
1,260.6 Acceso a los servicios de salud
1,865.4 Acceso a la seguridad social
229.1 Calidad y espacios de la vivienda
137.1 Acceso a los servicios básicos en la vivienda
861.9 Acceso a la alimentación nutritiva y de calidad
La pandemia a causa del Covid-19 impactó en la economía familiar, pues las personas con pobreza extrema pasaron de ser 40 mil en 2018 a 124 mil en el 2020.
En abril de 2020, el Centro de Investigaciones Económicas de la UANL calculó que el cierre de actividad causó una caída del PIB de alrededor del 26 por ciento y una caída del 22 por ciento para el segundo trimestre de 2020.
Entre las personas más afectadas por la pandemia destacan:
Las personas que trabajan en los sectores que estuvieron restringidos por la pandemia, como son comercio al por menor, entretenimiento, restaurantes y hoteles.
Las personas con nivel de educación de secundaria o menos porque son menos propensas a contar con las habilidades que pide el teletrabajo.
En los últimos meses, con el incremento en la inflación, los hogares de menor ingreso se han visto más afectados que los de mayor ingreso.
Las mujeres trabajadoras con hijos menores, debido al cierre de guarderías y las clases en línea.
“Con la inflación, han subido de precio los productos que tienen mayor importancia en la dieta de las personas con escasos recursos, como lo es la tortilla, la papa. Les ha estado pegando más el incremento en los precios a las personas más vulnerables, mucho de ello al sector agropecuario y de alimentos y bebidas”, explicó la profesora de la Facultad de Economía.
A pesar de la desalentadora situación, la investigadora explicó que se ha visto una recuperación en la economía de Nuevo León. En septiembre el pronóstico del PIB para el cierre del 2021 es del 8.8 por ciento, lo cual estaría por encima de la caída del 8.65 por ciento del 2020.
“Esto indica que regresaríamos a los niveles de PIB de prepandemia. Quiere decir que es muy buena recuperación y esto se debe a la reapertura y dinamismo de Estados Unidos”.
Carencia alimentaria, precursora de más carencias
Al año 2020, el CONEVAL estima que poco más de 861 mil personas en Nuevo León, el 14.7 por ciento, carece de una alimentación nutritiva y de calidad.
“La alimentación es un derecho para todos, pero las personas más vulnerables y de mayor cuidado y atención son los niños y las mujeres, sobre todo en etapa reproductiva”, explicó la nutrióloga y especialista en psicología y psicopatología de la alimentación Dulce Valenciano Arreguín.
Los períodos más importantes del desarrollo tanto físico como mental y emocional de un ser humano se consideran que están entre los 0 y 3 años de vida. Incluso en la fase prenatal, donde se concibe el bebé. Esta fase está determinada por la salud que tenga la mamá.
“En los primeros 24 meses existe un mayor retraso del crecimiento cuando un ser humano desde esa edad temprana comienza con deficiencia de nutrientes, haya una reducción del crecimiento intelectual de las personas e incluso desnutrición crónica.
Promueven iniciativa Hambre Cero Nuevo León
Uno de los principales retos en Nuevo León es erradicar el hambre en 2030. Por ello, se creó la iniciativa Hambre Cero Nuevo León.
Mediante la vinculación interinstitucional gobierno, universidades, organizaciones civiles y empresarios-, la Universidad Autónoma de Nuevo León participa en las acciones para suprimir la carencia alimentaria, disminuir la pérdida y el desperdicio de alimentos y desarrollar las capacidades para la autosuficiencia alimentaria de la población.