Profesora y escritora recibe de manera póstuma Premio Mujer Tec
Por Luis Mario García
Monterrey, México, Tec de Monterrey.- La labor que realizó Rosaura Barahona como profesora en el campus Monterrey por casi 30 años para impulsar el feminismo fue recordada en el Premio Mujer Tec.
La también escritora, quien falleció en el 2017, recibió el reconocimiento en la categoría Pionera.
Su nieta Samantha recibió la estatuilla “Muller Amet”, acompañada de su papá Roberto Escamilla, durante la ceremonia celebrada el 1 de marzo en el campus Monterrey.
“Su legado va a estar presente por muchos años más no solo con nosotros, sino que al final del día mucho de lo que ella hizo en el Tecnológico de Monterrey, en la ciudad de Monterrey, en el estado de Nuevo León, trasciende”, señaló David Garza, rector y presidente ejecutivo de la institución.
Roberto Escamilla manifestó que desde joven su mamá buscó cambiar el estatus social que había en aquella época, cuando muchas mujeres no estudiaban una carrera profesional.
“Estudió mucho para entender porque las cosas eran así y, cuando consideró que había estudiado lo suficiente, se puso a dar clases buscando transformar a sus alumnos y que estos ayudaran a cambiar esta y otras injusticias”, externó.
Escamilla, en su mensaje, señaló a su hija que ahora las problemáticas de las mujeres son más evidentes y es gracias a la labor que han realizado las ganadoras del premio.
“Eso es gracias al trabajo de miles de valiosas mujeres como las que hoy nos acompañan el día de hoy y les agradecemos con el corazón su trabajo, su pasión y su esfuerzo. Ya que gracias a ellas te tocará vivir en un país más justo del que le tocó a tu abuela”, comentó.
En la ceremonia se transmitió un video en el que colegas y amigos de Barahona hablaron de sus cualidades y lucha por promover una mayor equidad de género, y después se le brindó una ovación a la homenajeada.
Rosaura Barahona: profesora y humanista
Barahona estudió en el campus Monterrey hace más de 60 años, y era una de las cinco mujeres inscritas en el Tec en aquel momento.
Después se convirtió en profesora de la institución por 29 años, en la que en 1978 logró que los títulos llevarán el género femenino.
En el campus Monterrey fue la primera mujer en ser oradora huésped en una ceremonia de graduación y la primera en ser parte del senado académico.
Fue editorialista del periódico El Norte de 1993 hasta su fallecimiento, en donde opinaba sobre diversos problemas sociales como corrupción y violencia de género.