Jaime Lomelín será parte del Salón de la Fama Internacional de Maratones de Natación por su trayectoria en aguas abiertas
Por Luis Mario García / Campus Monterrey
Fotos / Jaime Lomelín
Monterrey, México, Tec de Monterrey.- Por más de 30 años Jaime Lomelín ha nadado en diferentes mares y ríos, donde se ha enfrentado a la hipotermia, aguamalas y depredadores marinos.
Sus logros a nivel mundial en diferentes competencias le han valido al EXATEC ingresar al Salón de la Fama Internacional de Maratones de Natación (IMSHOF por sus siglas en inglés).
“Muy contento, inmediatamente pensé en todas las personas que me han apoyado que al final del día uno recibe el premio, pero la gente que está detrás de uno es lo que ha hecho esto posible: mi padre, mi madre, mi esposa, mis hijos, mi familia en general, todos mis entrenadores”, expresó el graduado del campus Monterrey.
La ceremonia se realizará el 6 de mayo en Nueva York, Estados Unidos, y será el tercer mexicano en ser ingresado a este salón en maratón.
Su ingreso a las aguas abiertas
Como alumno de Ingeniería Química en el Tec, Lomelín fue integrante del equipo representativo de natación y en aguas abiertas comenzó a nadar en 1981.
Su sueño como nadador de alberca era llegar a unos Juegos Olímpicos, pero debido a que no tenía el nivel, según señaló, su vida tomó otra vertiente.
“Me encontré con la dicha que el profesor Emilio Gómez era acapulqueño, nos llevaba todos los años a Acapulco a nadar una carrera que se llama el Guadalupano, la más longeva y asistida, hay 5 mil competidores”, recordó.
“Ahí fue donde el gusto se convirtió en pasión, porque luego me enteré que había un circuito mundial. Ya cuando salgo del Tec digo ‘quiero participar en el circuito’”, añadió.
Ya como EXATEC ganó el Guadalupano y comenzó a participar en otras competencias en Italia y Argentina, donde tuvo buenos resultados y en el primer mundial de natación de Aguas Abiertas realizado en Perth, Australia, en 1991, fue el único mexicano en ir.
Obtuvo el 15vo lugar y fue el latinoamericano mejor posicionado en la justa: hasta el 2008 esta disciplina se integró a los Juegos Olímpicos.
"En el circuito todo el mundo hablaba del Canal de la Mancha como la prueba máxima y dije, si estoy en esto tengo que intentarlo".
La Triple Corona de aguas abiertas
Fue en 1991 cuando Lomelín intentó cruzar el Canal de la Mancha, entre Francia e Inglaterra, en el que se nada una distancia de 33.7 kilómetros.
“Es como el Everest para los alpinistas. Estando en el circuito todo el mundo hablaba del Canal de la Mancha como la prueba máxima y dije, si estoy en esto tengo que intentarlo.
“Yo me puse metas, una era cruzarlo, quería bajar el récord mexicano que era de 12:30 horas, quería bajarlo a 10 horas que a nivel mundial es un estándar importante, y quería estar entre los mejores latinoamericanos. Todas esas metas se cumplieron”, manifestó.
Este fue el primer logro para conseguir la Triple Corona de las aguas abiertas, el cual otorga la Asociación Mundial de Aguas Abiertas a nadadores que hayan completado el Canal de la Mancha, el Canal de Catalina (32.5 km), en California, y el Maratón en la Isla de Manhattan (48.5 km).
En el 2021 se convirtió en el único mexicano en tener este logro en un tiempo menor a las 10:00 horas en los tres maratones, al nadar el de Catalina en 9 horas y 56 minutos.
Otro de los retos que tiene Lomelín como nadador es completar los siete mares, de los cuales ya ha completado cuatro: Canal de la mancha, Catalina, Gibraltar y Molokai, le faltan Japón, Nueva Zelanda y el mar del norte, que es Escocia a Irlanda.
El nadador también fue nominado a Hombre del Año por la WOWSA, por su destacada participación a nivel mundial en aguas abiertas, y tiene el récord mexicano en el evento Capri-Nápoles de aguas abiertas.
En el año 2021 ingresó al Salón de la Fama del Tecnológico de Monterrey.
"No gana necesariamente el más grande, el más fuerte, el más rápido, sino el que se adapta mejor a las condiciones".
La natación y la vida
El nacido en la Ciudad de México, pero radicado en Monterrey por más de 30 años, señaló que le gusta nadar porque es un reflejo de la vida.
“No gana necesariamente el más grande, el más fuerte, el más rápido, sino el que se adapta mejor a las condiciones.
“Las aguas abiertas tienen eso, que las condiciones las pone la naturaleza y son muy cambiantes, porque me ha tocado salir en un sol como el de ahorita, el mar como alberca y a las cinco horas viento, lluvia, hay que acoplarse a las condiciones”, explicó.
Incluso a él lo han tenido que sacar del agua por hipotermia en dos ocasiones: en Canadá y en Atlantic City, en ésta última no recuerda bien lo que pasó.
En otra competencia en Los Cabos, tuvo que nadar entre medusas, conocidas como aguamalas.
“Terminé todo lacerado de aguamalas, las cruzaba y sentía el dolor, estuve a punto de salirme por el dolor, pero iba tan bien en cuanto al tiempo que dije ya estoy más cerca del final que del principio”, recordó.
Estas problemáticas no lo han detenido en su pasión, al igual que las dificultades no deben desanimarte en la vida, sostuvo el nadador de 59 años.
“El espíritu de cada día ser mejor, la misma adrenalina porque dices ya pude hacer esto, qué más. La pasión por el deporte, cuando yo empecé a nadar aguas abiertas fue por tres motivaciones: me encantaban las aguas abiertas, el no conocer las condiciones y tener que adaptarse.
“La competencia fue otro factor, y en ese momento estaba compitiendo contra los mejores del mundo lo cual soy muy afortunado, muchas veces competí, algunas otras les gané”, dijo.
El viajar y conocer otras regiones del mundo es otra de las razones por las que continúa su travesía por la natación.
Los otros mexicanos que son parte del Salón de la Fama Internacional de Maratones de Natación son Nora Toledano y Antonio Argüelles.