Por Esperanza Armendáriz/Fotografía: Christopher Sosa
Monterrey, México, UANL.- En la Jornada de gestión cultural “La gestión del patrimonio cultural en Nuevo León: actores, espacios y públicos” que se realizó en la Facultad de Filosofía y Letras (FFYL) hubo un exhorto entre los participantes: que el ciudadano sea el guardián del patrimonio.
En el marco del Día del Patrimonio Cultural que se conmemora el 10 de marzo en el estado de Nuevo León, el Colegio de Edición y Gestión de la Cultura que coordina Carlos Lejaim Gómez Hernández convocó a una jornada académica que incluyó la conferencia “Gestión del patrimonio arqueológico de Nuevo León”, a cargo de la arqueóloga Paola Isabel Zepeda Quintero.
También se desarrolló el panel “Retos en preservación y difusión del patrimonio cultural”, en el que participaron Marta Piñeyro Morcos, del Museo del Acero Horno 3; Diana Carolina Nava Ramírez, del INAH; y Carlos Ramírez Martínez, de la Secretaría de Sustentabilidad de la UANL.
La jornada se realizó en el edificio CEPADIH de la escuela de humanidades.
Busca INAH vinculación con la sociedad
Durante la conferencia impartida por Paola Isabel Zepeda Quintero, los estudiantes y profesores reunidos pudieron conocer la diferencia entre los sitios arqueológicos abiertos a la visita pública y cuáles no lo son, cuáles son los riesgos a los que están expuestos y el universo del patrimonio arqueológico del país.
Zepeda Quintero aplaudió que la FFYL cuente con un programa educativo para formar gestores culturales, porque hay una necesidad apremiante de profesionistas en el área.
“Es fundamental que los estudiantes puedan conocer a los especialistas en gestión patrimonial porque es muy diverso. Este tipo de charlas, y otras en los sitios arqueológicos, es lo que nos ha funcionado mejor con los grupos universitarios porque se permite mejor la retroalimentación.
“Además porque buscamos un desarrollo en las juventudes, hay muchas disciplinas que pueden impactar en la gestión patrimonial y que se relacionen y conozcan el patrimonio que está cercano a ellos, que haya esa posibilidad, para enfocarse en lo que está cercano e ir ampliando el campo de acción”, agregó.
La arqueóloga sentenció que los retos del cuidado del patrimonio y su difusión se suscriben en torno a la educación.
Por una apropiación de los espacios públicos
Durante el panel “Retos en preservación y difusión del patrimonio cultural” los participantes dejaron ver que el patrimonio no solo es una pieza de arte, un edificio y vestigios, también hay un patrimonio natural que tiene un valor incalculable.
Enfatizó en que los ambientes naturales elevan el bienestar de los estudiantes, por lo que la UANL busca generar espacios que permitan una mejor convivencia y bienestar.
“Estos programas ayudan a sensibilizar y educar a los estudiantes que en el futuro van a tener que tomar decisiones al torno al uso de los espacios naturales. Porque cuando empiezan a ver a las áreas verdes como elemento fundamental para la humildad, se dan cuenta de que el rescate es tan importante que nos lleva a su revalorización”, agregó.
Advirtió además que al problema de la falta de áreas verdes se suman los altos índices de contaminación.
La participación ciudadana en los espacios culturales
En su oportunidad, Marta Piñeyro Morcos dejó claro que el patrimonio cultural no son solo vestigios y prueba de ello es el Parque Fundidora, espacio público que se ubica en los que fueron los terrenos de la antigua Fundidora de Fierro y Acero de Monterrey de 1900 a 1986.
“El Museo del Acero Horno 3 cuenta la historia de la industria siderúrgica y apoya la educación formal e informal de las ciencias. Uno de los objetivos del museo es despertar el interés de las vocaciones de investigación científica”, compartió.
En tanto, Diana Carolina Nava Ramírez, responsable del Catálogo Nacional de Monumentos Históricos Inmueble del INAH, dejó claro que entre los desafíos que tienen en materia del rescate de los bienes como patrimonio está la participación ciudadana.
Nava Ramírez compartió algunas anécdotas que se han presentado ante el INAH al momento de solicitar el rescate de alguna edificación, en que por desconocimiento restan su valor como patrimonio.
La estudiante del Colegio de Edición y Gestión de la Cultura Melanie Mireles fungió como moderadora del panel “Retos en preservación y difusión del patrimonio cultural”.