Profesores del programa acádemico de Ingeniera Civil de la Universidad de Monterrey, señalaron la escasa accesibilidad para transeúntes en la actualidad y destacaron la necesidad de involucrar a la sociedad, las autoridades y las instituciones
Monterrey, México. UDEM.- En un ejercicio estudiantil, los jóvenes deben recorrer unas cuantas cuadras a pie en diferentes municipios del área metropolitana, usando su ingenio o sus aptitudes físicas para sortear baches, alcantarillas y registros abiertos, mobiliario doméstico, vehículos estacionados en la banqueta o, en algunos tramos sin acera pavimentada, tomar el riesgo de bajar a caminar por la calle.
Esta confrontación con la realidad y las aventuras de un peatón en la ciudad es parte de la formación de estudiantes de Ingeniería Civil den la Universidad de Monterrey, con la que se busca hacer que las y los jóvenes reflexionen sobre la posibilidad y la capacidad de la zona metropolitana para soportar la “migración” de conductores de vehículos a transeúntes.
“Definitivamente, no se darían abasto (…); el sistema vial actual no alcanza a dar servicio ni a los peatones existentes”, afirmó Ingrid
Lucio Pérez, profesora del Departamento de Ingeniería, “(el sistema vial) es deficiente, falta mucha mejoría”.
Jesús Ricardo Mercado Gutiérrez, director del Departamento de Ingeniería, sueña con promover un proyecto que lleve el título de Monterrey camina, “pero no se puede… es riesgoso que salgas a caminar”.
De acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en la ciudad, alrededor del 98 % de la infraestructura vial está planeada para uso motorizado, mientras que solo el 2 % está contemplada para peatones.
En opinión de Mercado Gutiérrez, el problema del tránsito peatonal en el área metropolitana de Monterrey tiene diferentes raíces: desde el crecimiento urbano sin considerar este aspecto, hasta el tiempo de respuesta de dependencias de diferentes niveles (municipales, estatales y federales) para atender averías o construcción de aceras, así como la cultura de los ciudadanos para no “apropiarse” de las banquetas.
Para el catedrático, el ideal de que las banquetas que ya existen se conviertan en funcionales 100 % “es un calvario”, debido las averías que muchas veces obstruyen el paso, desde árboles o postes derribados, cables colgantes o trabajos inconclusos en alcantarillas, debido a que cada problema debe remitirse a diferentes dependencias de los diferentes niveles de gobierno.
En cuanto a la falta de infraestructura peatonal, el profesor señaló que, incluso en las zonas con más desarrollo económico, en muchas ocasiones carecen de aceras o andadores por los que la gente pueda desplazarse.
“Se ha descuidado esa parte; se le dio el enfoque al carro y se descuidó; y en donde había banquetas, no se da seguimiento para darles mantenimiento (…) no está tan sencillo arreglar las banquetas, pero fue tan agresivo el tema de los baches, que se le da más importancia a las calles”, indicó.
Mercado Gutiérrez destacó también la falta de cultura vial de los vecinos de algunas zonas, porque “creen que la banqueta es su casa, pero no es su propiedad; son responsables de cuidarla, pero no es de ellos”.
“De repente, vas caminando por la calle y te enfrentas con una 'rampota', porque el dueño quiere introducir su carro a la cochera; pero si traes silla de ruedas o una carriola, no puedes pasar: te tienes que ir a la calle”, indicó.
La profesora Lucio Pérez comentó que en la entidad se está trabajando en una legislación, en la que se dictamina que el ancho mínimo de la banqueta debe ser de 2.5 metros, de los que al menos 1.40 debe ser para uso exclusivo del peatón.
“Pero la trampita que existe es que es solamente para nuevos proyectos, todo lo construido se va a quedar igual; entonces, realmente no está ayudando mucho, porque todo lo nuevo está ya en la periferia”, explicó.
Agregó que, en México, falta hacer conciencia sobre esta problemática, ya que a veces las leyes no están totalmente claras o precisas y, en otras ocasiones, “se busca la manera de sacarle la vuelta, evadir”.
“Es muy complicado ser peatón en la ciudad, porque no existen espacios públicos seguros para ellos, porque son pocos, están obstruidos y no hay suficientes cruces viales bien diseñados; tenemos al peatón como si fuera una minoría, pero todos, aunque tengamos un auto, en determinado momento somos peatones”, expuso.
Lucio Pérez señaló la necesidad de empezar por ofrecer una educación vial a las nuevas generaciones, desde el Jardín de Niños.
Según Mercado Gutiérrez, para solucionar el problema y empezar a impulsar una ciudad para peatones, se requiere “involucramiento de la sociedad, de las autoridades y de las instituciones, además de voluntad, quererlo hacer; no solo reparo un pedacito de banqueta y ya salí en la foto”.
“Hay conductores que gritan a quienes van caminando sobre la calle para que se suba, pero no se fijan que no hay banqueta… quienes tenemos carro, no tenemos conciencia de este tipo de cosas hasta que nos bajamos del carro”, manifestó.