Alumnos del Tec, campus Guadalajara, enfocaron su clase de Creatividad e Innovación para darle vida a 3 cuentos y crear momentos felices para niños de la unidad de Cuidados Paliativos Pediátricos (PediPali) del Nuevo Hospital Civil.
Por Karla Pérez
Guadalajara, México. Tecnológico de Monterrey (Conecta).- “Lo que les quede de vida, hay que darles calidad de vida”, comentó Yuriko Nakashima, coordinadora de PediPali del hospital “Dr. Juan I. Menchaca”, ante alumnos del Tec que afrontaron el reto de hacer agradables momentos difíciles para estos niños.
La materia fue Creatividad e Innovación y en ella participaron 18 alumnos que conformaron 3 equipos para aportar a diversas situaciones que se afrontan en la unidad.
“Tuve la oportunidad de proponerles que emplearan la creatividad en un tema que pudiéramos hacerlo tangible y que la creatividad aportara algo en pro de la sociedad”, señaló Luis Macías, director de la carrera de Diseño Industrial del campus Guadalajara.
Los jóvenes pasaron por muchas etapas desde conocer al cliente: niños pequeños y con un estado de salud delicado. Además de aplicar metodologías de diseño como Design Thinking.
“Tuvimos unos resultados muy padres que básicamente son elementos que le aportan bienestar al niño, de alguna forma no vamos a curarlo, pero es regalarle instantes de vida”, compartió Macías.
Los estudiantes seleccionaron 3 cuentos y se inspiraron en ellos para generar un producto que de manera creativa transformara sus experiencias en la unidad.
Así, los jóvenes de Diseño Industrial (LDI), Arte Digital (LAAD), Creación y Desarrollo de Empresas (LCDE) y Arquitectura (ARQ), lograron:
¿Cómo despertar las ganas de ir con el doctor?
Basado en el cuento de “El hombre de jengibre” los alumnos crearon un kit para cada niño con una figura de MDF en forma de esta galleta, además incluye un accesorio para vestirlo y elementos que les permite pintarlos.
En complemento desarrollaron un despachador con esferas que contienen un accesorio en cada una. Este artículo se queda en el consultorio con la finalidad de que en cada visita se le entregue una nueva esfera al niño.
Además de buscar motivar al infante a asistir al hospital, el cuento ejemplifica al hombre de jengibre que a su paso, todos lo quieren devorar, pero él corre más rápido y no se deja alcanzar.
La figura de galleta hace referencia al pequeño. Y cada uno de los perseguidores se enfoca en las enfermedades que los aquejan, para animarlos a mantenerse activos en su lucha.
“Además, el niño se vuelve como el compañero-amigo de la galleta”, agregó el directivo de LDI.
Una Realidad Virtual para un tratamiento difícil
Inspirado en el cuento “Laura, la mariquita amarilla” de Martha Evans, los estudiantes realizaron su propia versión animada en Realidad Virtual (VR).
Con un visor VR se tenía la capacidad de mostrarle a los niños la historia de una catarina que es de color diferente al tradicional y decide cambiar para ser como las demás, pero al hacerlo nadie la reconoce.
La moraleja del cuento sobre la aceptación hacia uno mismo busca apoyar a los niños que ven maltratado su físico por los tratamientos como la quimioterapia o aquellos que nacieron con alguna malformación.
Macías, quien además impartió la materia, compartió sobre el contacto que ya tuvieron los artículos:
“Cuando fuimos a entregar el proyecto a PediPali, la doctora pidió los lentes de realidad virtual. Había una niña que debían ponerle un catéter y dializarla, y estaba muy asustada. La doctora le dijo ‘ve este cuento’…
Estaba tan entretenida, porque hacia donde movía la cabeza había más cosas, que le cambió la cara. Pudieron ponerle el catéter y ni cuenta se dio, fue evitarle un ratito de frustración, dolor y miedo”.
Para la doctora Nakashima “valió la pena, el puro hecho de regalarle unos segundos de entretenimiento a cambio de sufrimiento… cuando alguien tiene un pedacito de vida, esos momentos tratar de que sean mejores”.
Cuida la naturaleza y deja un pedacito de ti
El tercer equipo creó un kit para sembrar una planta con la forma del logotipo de PediPali -una mariposa con alas de corazón y un sol atrás-, los jóvenes diseñaron una maceta, colocaron semillas y una herramienta para plantar.
Además, lo acompañaron con un cuento que narra la historia de un par de amiguitos que se quieren mucho, un niño y una niña, la pequeña siempre cuidaba de la naturaleza porque su abuelo así se lo había enseñado.
Con el tiempo la niña enferma y fallece, pero hereda al niño una planta que ella cuidaba y le pide que se haga cargo de ella en su representación.
La intención de esto es “que el niño tenga el entretenimiento de cuidar una planta y, si ocurre el peor de los casos, de alguna forma dejará una planta para su familia como un legado, una huella para recordarlo”, afirmó Macías.
Cabe señalar que además del diseño, los jóvenes aportaron el material o consiguieron patrocinios, como el caso de Inflamatic que donó las esferas que contienen los accesorios para la figura del hombre de jengibre.
“Me sorprendieron porque muchos de estos chicos son de segundo semestre y estuvo muy padre porque pudieron entregar muy bien. Y era algo difícil, fue un proyecto muy retador…
Enfocar tu trabajo para alguien que lo necesita, me parece un fin muy noble. Y poderles regalar unos minutos de felicidad o minimizar un poco su estado, no hay nada más que te pueda dar tanta satisfacción”, finalizó el titular de LDI.