Monterrey, México. UDEM.- Con agradecimientos a todos los que han forjado los cimientos de la Universidad de Monterrey a lo largo de sus primeros 50 años de existencia, se realizó un acto conmemorativo encabezado por Álvaro Fernández Garza, presidente de Consejo UDEM, y el rector Mario Páez González; así como una misa encabezada por el arzobispo de Monterrey, monseñor Rogelio Cabrera López.
En el evento estuvieron presentes también representantes de las congregaciones fundadoras de la institución: las Hijas de María Inmaculada de Guadalupe, las Hermanas del Sagrado Corazón de Jesús, los Hermanos Maristas, los Hermanos Lasallistas y las Hermanas de la Caridad del Verbo Encarnado.
Álvaro Fernández Garza, presidente de Consejo agradeció a todos aquellos que de alguna forma u otra han apoyado a la construcción de esta Universidad.
“Con recursos, sin ninguna duda ha habido gestos espléndidos de mucha gente que nos ha permitido disfrutar de estos servicios, de arte, laboratorios, talleres, árboles.
El tiempo es otro elemento, quiero agradecer a todo el Consejo, los comités, me consta el esfuerzo y la dedicación”, dijo.
Fernández Garza señaló que corresponde a la UDEM reinventarse, para lo cual el Consejo Ejecutivo está trabajando en la nueva visión y misión de la UDEM, así como en el plan estratégico de esta casa de estudios para los próximos 10 o 15 años.
“Hay nuevas medicinas, nuevas leyes o nuevos métodos de construcción, pero los valores nunca cambian, eso se mantiene, y eso, la formación integral en la UDEM, lo hemos hecho bien”, afirmó.
Durante su mensaje, Mario Páez González, rector de la UDEM, recordó que hace 50 años un grupo de personas visionarias echó a andar una apuesta educativa audaz, en medio de fuertes tensiones sociales, nació la Universidad de Monterrey como una institución humanista de inspiración católica que ofrecía una educación de excelencia con valores y alto compromiso social.
“Al día de hoy en la UDEM existe una oferta académica robusta, profesores que son expertos en su campo y con profunda vocación por la enseñanza, así como un perfil de alumnos comprometidos con sus estudios, con iniciativa y con enorme disposición para transformar sus comunidades”, dijo.
Agregó que a la fecha la UDEM se ha posicionado como una institución de prestigio y la meta es que en los próximos años se mantenga como una institución de vanguardia. Durante la homilía, monseñor Cabrera López afirmó que la Universidad de Monterrey tiene vocación misionera, “tiene que servir al pueblo, a las personas, a los jóvenes para que puedan transformar este mundo tan complicado”.
El arzobispo de Monterrey señaló que es momento de renacer, de renovar, y pidió que las congregaciones que apoyan este proyecto educativo sigan presentes, aportando sus carismas y su inspiración, y a los directivos universitarios, quienes “llevan la carga de este caminar de la Universidad”.
“La UDEM tiene que ser siempre nueva: a vino nuevo, odres nuevos; y crezcamos juntos, porque nadie puede solo, son tiempos de comunión, tiempos de acompañamiento, de diálogo y de encuentro, y tenemos que caminar, dialogar y buscar juntos, aquí nadie sobra, todos somos parte de este proyecto”, expuso.
“Tenemos que tener nuestro aporte, porque el futuro de la UDEM marcará el rumbo de Monterrey, el rumbo de esta Iglesia, de esta metrópoli, y seremos esperanza para México, y seremos esperanza para el mundo”, sostuvo.
El acto estuvo acompañado de las tradicionales mañanitas, mariachi y pastel.