La FCC realizó la jornada “Periodismo, posverdad y fake news en tiempos de coronavirus”
Por Esperanza Armendáriz
Monterrey, México, UANL (Punto U).- La crisis sanitaria provocada por el COVID-19 también afecta a las empresas periodísticas, que han tenido que modificar los esquemas de trabajo y prescindir de las salas de redacción para la producción de las noticias; aunado a ir contra la desinformación, las fake news y el exceso de información en las redes sociales.
Estos fenómenos de comunicación y periodismo se discutieron en la Jornada Virtual: de la pandemia a la infodemia, periodismo y redes sociales en cuarentena, que organizaron la Universidad Autónoma de Nuevo León, a través de la Facultad de Ciencias de la Comunicación (FCC), y la Cátedra UNESCO de Alfabetización Mediática y Periodismo de Calidad del Gabinete de Educación de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB).
En la mesa de debate “Periodismo, posverdad y fake news en tiempos de coronavirus”, que se desarrolló el 27 de mayo y fue moderada por el periodista Santiago Tejedor Calvo, participaron los siguientes periodistas:
Martín Caparrós
(Argentina)
Gumersindo Lafuente
(España)
Ramón Salaverría
(España)
Rocío Gallegos
(México)
El periodismo frente a la pandemia
La Organización Mundial de la Salud (OMS) en febrero pasado acuñó el término infodemia y lo definió como una sobreabundancia de información –alguna exacta y otra no- que hace difícil que la gente encuentre fuentes dignas de crédito y fiables.
Ramón Salaverría, Vicedecano de Investigación de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra, agregó que infodemia también se refiere a la falsedad informativa.
Respecto de las fake news expuso que los académicos en España observan como inapropiado y ambiguo el término, toda vez que aunque el contenido sea falso, la realidad es que no se refiere a una noticia, porque generalmente ese contenido que circula en las redes sociales como falso no tiene su origen en los medios de comunicación.
“Nosotros utilizamos el término hispano bulo (palabra gitana), y se refiere a todo contenido intencionadamente falso y de apariencia verdadera, concebido con el fin de engañar a la ciudadanía, y difundido públicamente por cualquier plataforma o medio de comunicación social. Para entender el bulo, hay que entender primero el concepto de falsedad y sumarle el concepto de voluntariedad”, continuó.
Y compartió con la audiencia los cuatro tipos de bulos que tienen identificados:
Bromas: contenido falso que tiene la intención inocente de parodiar satirizar o caracterizar alguna realidad.
Exageraciones: un contenido en parte falso y en parte verdadero.
Descontextualizaciones: información que en su debido contexto es correcta, pero se sitúa en un contexto que no le corresponde, se tergiversa la información.
Engaños: fabricaciones informativas.
“Los medios de comunicación están demostrando una capacidad de estar alerta sobre los bulos más notorios, más evidentes, pero en muchas ocasiones lo que no están alcanzando a hacer de manera adecuada, es desligarse de esos condicionamientos ideológicos o marcos mentales que los llevan a informar de unas cosas y ocultar otras”, lamentó Salaverría.
Generar el periodismo fuera de las redacciones
En relación a los cambios al interior de las empresas periodísticas, Gumersindo Lafuente, Director Adjunto de eldiario.es, dijo que todavía hay muchos medios que conservan una relación física con un trabajo ligado a la producción de un periódico impreso, y eso está dinamitándose por la necesidad de trabajar fuera de las redacciones.
Gumersindo Lafuente advirtió que las grandes compañías de medios se irán dando cuenta que los edificios tan grandes no son tan necesarios, “ni hace falta llenarlos de gente que no son periodistas; las empresas tendrán que apostar al periodismo especializado, de investigación, de datos, de filtrado (ante el problema de bulos)”.
“Las redacciones van a cambiar, no van a ser el lugar al que todos los días van a ir los periodistas. Serán un espacio más de debate, de intercambio de ideas, de planificación de proyectos. Un gran porcentaje de periodistas van a trabajar a distancia, desde su casa, en la sala de prensa de las fuentes.
Necesario mantener la reputación periodística
Y en el tema de periodismo de investigación, Rocío Gallegos tiene mucha experiencia y prestigio que ha podido trabajar en el periódico La Verdad, con sede en Ciudad Juárez.
Ella observa que los medios ya tenían una crisis provocada por la competencia, los insuficientes ingresos y lectores.
“Todo esto se ha agudizado con la pandemia, pero creo que tenemos un desafío muy importante hoy, que es manejar nuestra credibilidad; porque llegamos a esta tormenta con una credibilidad realmente bastante minada. Vivimos bajo sospecha de que servimos a los intereses que se supone que debemos investigar”, apuntó.
Refirió que la credibilidad de los medios está en riesgo porque se han manejado historias inexactas, hay una falta de transparencia, sensacionalismo, defensa excesiva de intereses particulares, entre otras cosas.
Contar lo que muchos no quieren que les cuenten
Martín Caparrós, periodista y escritor argentino, comentó un artículo que apareció en el New York Times donde se analizó a las audiencias de los periódicos más importantes de América Latina a través de un estudio que arrojó que las noticias más leídas eran las que hablaban de crímenes y farándula.
“Fue impresionante comprobar que la hegemonía total de noticias eran de dos tipos: policiales o faranduleras, es decir, crímenes y siliconas, el 80 por ciento; entonces, uno de los problemas más graves del periodismo son sus lectores, es su público.
“No nos gusta decir eso, porque suena feo, pero hay un problema grave si lo que el público requiere o favorece con su atención son las peores noticias que en un diario hay”, advirtió Caparrós.
El Premio Rey de España agregó que si antes la idea de hacer periodismo era contar lo que algunos no quieren que se sepa, quizá ahora hacer periodismo es contar lo que muchos no quieren que les cuenten.