Lo que llamamos felicidad depende de qué necesitemos
Por Reyes Ramiro Gamez Barboza
Monterrey, México (Agencia de Noticias 3er Sector).- Robert Waldiinger y Marc Schulz en el libro Una buena vida (Planeta), señalan que el tener buenas relaciones nos ayuda a procesar mejor las emociones difíciles, ya que las relaciones nos permiten hablar sobre lo que sentimos y tener un sentido de pertenencia. Además el sentir que pertenecemos a un grupo es una forma de aliviar el estrés.
Durante 85 años, la Universidad de Harvard ha estado realizando el estudio científico más longevo de la historia sobre la felicidad. El Estudio sobre Desarrollo Adulto comenzó en 1938 con cerca de 700 adolescentes. Algunos de ellos eran estudiantes de Harvard, otros vivían en los barrios más pobres de Boston. La investigación los acompañó a lo largo de sus vidas, monitoreando periódicamente sus alegrías y dificultades, su estado físico, mental y emocional. Y ahora también incluye a las parejas y descendientes de los participantes originales.
Robert Waldinger, profesor de psiquiatría de la Universidad de Harvard y maestro Zen, es el cuarto director del estudio.
En el libro, los autores a partir de los resultados del estudio nos permiten conocer aspectos que influyen en nuestra felicidad, incluido el impacto de las redes sociales, del trabajo, de las amistades, de nuestras aficiones y de las cosas a las que dedicamos nuestro tiempo y nuestra atención.
Waldinger menciona que lo que llamamos felicidad depende de qué necesitemos. Si vienes de un entorno muy inestable, quizá para ti la felicidad sea la estabilidad. Si vienes de uno muy aburrido, quizá sea la emoción. En parte depende de lo que nos falta.
Aunque la investigación sugiere que la felicidad se enmarca en dos grandes categorías. Una es hedónica: ¿me lo estoy pasando bien ahora mismo?, ¿estoy disfrutando este café? La otra es el bienestar eudemónico, que proviene de Aristóteles y tiene que ver con la sensación de que la vida tiene sentido, de que merece la pena.
Los autores mencionan que ganar dinero y encontrar una profesión que nos guste, pero si solo nos focalizamos en eso e ignoramos la importancia de las relaciones sociales, la felicidad no llega. Enfatizan que es más importante tener buenos amigos en el entorno laboral que un gran puesto.
Y sostienen que la relación salud-felicidad la salud, es una relación bidireccional, ya que sentirse feliz hace que se reduzca el riesgo de sufrir enfermedades y nos permite estar más sanos.
Pero también a la inversa, pues ante una adversidad sanitaria, tener una buena red social nos hace más fuertes para superar el bache.
Todos conocemos personas que son felices a pesar de vivir grandes tragedias y, por el contrario, quienes parecen tenerlo todo y, a pesar de ello, no alcanzan esa plenitud.