Naciones Unidas.- Latinoamérica y el Caribe se enfrentan a un enorme desafío ante la persistente violencia contra las mujeres, que costó la vida al menos a 1.831 de ellas en 2016, alerta un nuevo informe regional elaborado por el PNUD y ONU Mujeres.
La directora regional Adjunta de ONU Mujeres para las Américas y el Caribe, Lara Blanco, dijo que las tasas de feminicidio en esas zonas "son las más altas" del mundo. “Hay algunos países que preocupan especialmente", como Honduras, que tiene una tasa por encima de 10 por cada 100.000.
En 16 países de América Latina y el Caribe se registraron en 2016 un total de 1.831 asesinatos de mujeres, frente a 1.661 en 2015.Un 38 % del total de esos homicidios son cometidos por las parejas de las víctimas.
En Centroamérica, las dimensiones son especialmente devastadoras, donde dos de cada tres mujeres asesinadas mueren por razón de su género", dijo la funcionaria de la ONU.
El informe además señala que en las Américas el 29,8 % de las mujeres ha sido víctima de violencia por parte de su pareja y un 10,7 % ha sufrido violencia sexual fuera de la pareja.
El director del Centro Regional del PNUD, Richard Barathe, dijo que estas cifras suponen "un desafío enorme por ser una situación persistente".
Barathe resaltó la gravedad de la situación en el Caribe, donde ningún país ha adoptado políticas de segunda generación que aborden integralmente este flagelo que "tiene un costo (económico y social) muy alto".
El documento, denominado "Del compromiso a la acción: políticas para erradicar la violencia contra las mujeres en América Latina y el Caribe, pide crear planes locales y políticas con un enfoque multidimensional; ayudar económicamente a las víctimas; y trabajar con los hombres, especialmente los jóvenes, para sumarlos a la lucha contra esta lacra.
En ese sentido, Barathe indicó que en "la región más peligrosa del mundo para la mujer" hay "mucho compromiso (institucional) por parte de los Estados para abordar la violencia con leyes muy avanzadas". Blanco, a su vez, alertó de que los datos del informe no reflejan las cifras absolutas de algunos países como Brasil o México, que registran un elevado número de feminicidios.