Alerta sísmica debe adecuarse para avisar a no oyentes de la proximidad de un temblor: Mesta Soule.
Piden asociaciones civiles que intérpretes del lenguaje de señas mexicano sean profesionalizados y certificados.
Denuncian organismos que sólo cerca de uno por ciento de personas con discapacidad auditiva tiene empleo formal.
Ciudad de México.- Integrantes de la Comisión de Atención a Grupos Vulnerables, que preside el diputado Luis Fernando Mesta Soule (PAN), se pronunciaron por legislar a favor de leyes que garanticen el derecho a la educación y empleos formales a la población con discapacidad auditiva, pues, concordaron, sufren discriminación laboral y falta de acceso a enseñanza acorde a sus necesidades.
En encuentro con organizaciones civiles, en el marco del Día Nacional de las Personas Sordas en México celebrado el 28 de noviembre, los diputados lamentaron el atraso que vive esta población a nivel educativo y profesional, debido a la falta de traductores profesionales de lenguaje de señas mexicano.
Al respecto, Mesta Soule indicó que México sufre de un importante atraso en la atención de estas personas, en calles, escuela y medios de comunicación, especialmente en sucesos como lo fueron los sismos del pasado mes de septiembre, pues no fueron alertados y la información era incompleta para ellos.
“Las señales visuales siguen siendo una deuda; recordando lo vivido hace unos meses en los temblores, la alerta sísmica debe tener un sistema perceptible para ellos, para que no se vean sorprendidos sin la oportunidad de actuar”, subrayó.
Consideró que la enseñanza del lenguaje de señas mexicano debe ser incluido en diferentes niveles de educación básica, mediante un aprendizaje que permita ser bilingües para ser más empáticos con las personas sordas y diluir las diferencias con este sector.
Más que conmemorar una fecha, se trata de hacer un recuento para “saber dónde estamos y hacia dónde vamos en el tema de discapacidad auditiva”.
Durante la ponencia “La Visión del Legislativo ante la Población Sorda”, la diputada María Luisa Beltrán Reyes (PRD), secretaria de la Comisión de Educación Pública y Servicios Educativos, señaló que la gran mayoría de este sector no tiene un medio de comunicación eficiente, está en una lamentable situación pues en muchos casos no ha desarrollado un nivel básico de comprensión del lenguaje.
Es necesario fortalecer la enseñanza del lenguaje de señas mexicano, especialmente a maestros; certificar a los traductores del mismo, con el objetivo de que esta población cuente con acceso a la educación, trabajo y vida económica.
“Algunos no saben leer ni escribir, no solo lenguaje de señas, sino subtítulos en español”. Consideró de relevancia definir los censos poblacionales para conocer a la población sorda mexicana.
De Morena, la diputada Sara Paola Galico Félix Díaz consideró fundamental abrir espacios de diálogo a grupos vulnerables para saber qué necesitan, sus carencias, discriminaciones que padecen y que requieren que se haga en la ley.
“La inclusión de personas con discapacidad auditiva está incompleta, debe impulsarse una cultura de respeto y tolerancia, lograr una educación adecuada y demoler la barrera de la discriminación.
Se pronunció a favor de trabajar en la profesionalización de traductores que constituyan un apoyo real en diferentes aéreas como la educativa, legal y médica.
Rodolfo López Espinoza, presidente de la Federación Mexicana de Sordos A.C. enfatizó en la necesidad de la profesionalización y certificación de intérpretes para evitar que den y reciban mal los mensajes, porque eso también limita su derecho de acceso a la información.
La lengua de señas mexicanas “no solo es mover las manos, pues este sistema tiene cargas gramaticales, es basta y puede abordar temas tan diversos como en la lengua hablada”.
Comentó que en el 2010 el INEGI elaboró un censo de manera incorrecta con una serie de preguntas que establecían que había 6 millones de personas con discapacidad, pero no decían de cuáles, pues mezclaban sordera con problemas del habla.
“Hay personas que usan auxiliares de escucha y no se reconocen a sí mismas como personas sordas, no se mide la capacidad de pérdida auditiva”, explicó.
Alejandra Álvarez Hidalgo, integrante del Movimiento en Defensa de la Educación Bilingüe para Sordos (MEBISOR), destacó la importancia de que los maestros en los distintos niveles educativos sean competentes en lenguaje de señas, actualmente no tienen comunicación eficiente con sus alumnos ni transmisión de conocimientos.
“Si no aprendemos todo esa segunda lengua (español hablado) no podremos acceder a una educación superior. Estar en grupo de personas oyentes, sin que haya un apoyo a la persona sorda, ésta no tiene la oportunidad de desarrollarse académicamente”.
Ignacio Márquez Badillo, de la Unión Nacional de Sordos de México, precisó que sólo el uno por ciento de personas con discapacidad auditiva accede a trabajos formales, el 22 por ciento no trabaja y el resto labora en el mercado informal. “Trabajan en las calles, ganan poco y carecen de seguridad social”.
Pidió hacer las reformas legales para obligar a las empresas a dar acceso a esta población a fuentes de empleo, pues “tenemos los mismos derechos”.