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Invitan a considerar una nueva perspectiva sobre nuestra salud y alimentación

Inclusión Social
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Aceptarnos es un acto de rebeldía ante un sistema que ha lucrado con la misma insatisfacción que nos creó

Por Reyes Gamez

Monterrey, México, Agencia de Noticias 3er Sector.- Tu peso no es el problema (Grijalbo) de Raquel Lobatón, es un libro disruptivo que no solo nos muestra que liberarnos de la obsesión por la delgadez y la comida es posible, sino que nos da herramientas para renunciar a los listados de "alimentos permitidos y prohibidos", lidiar con el auto rechazo y vergüenza corporales, emanciparnos personal y colectivamente para cruzar el puente hacia una alimentación libre de reglas.

"Hemos puesto demasiado foco en el peso, cuando la salud va muchísimo más allá que el peso y que todas las personas pueden mejorar su salud sin la necesidad de perder peso, este exagerado foco en el peso ha conducido a esta obsesión por la delgadez, a este deterioro en la relación con la comida, a estos ciclos constantes de dietas restrictivas que llevan a la gente a estados de frustración, rebotes constantes. A partir de eso yo transformo mi práctica profesional, renombro, digamos, mi práctica, empiezo a llamarla Nutrición Incluyente, que es el día hoy en día es, digamos, el nombre de mi línea, de mi empresa, de mi marca, bajo estos preceptos de que es una nutrición que procura ser incluyente con todos los tamaños del cuerpo, cuya intención no es hacer que las personas lleguen a cierto peso, sino es nutrir a las personas, pero también es enseñarles a relacionarse con la comida desde otro lugar, desde un lugar de placer, desde un hogar alejado de la culpa, alejado de los juicios, entendiendo que tenemos también derecho a disfrutar del placer de comer", señaló Lobatón, nutrióloga y activista por la diversidad corporal.

Raquel, quien estará presentando su libro el próximo 28 de septiembre a las 15 horas en la Feria Internacional del Libro de Monterrey 2024, dijo que la idea de hacer el libro es para "plasmar en un solo lugar, pues muchas de las herramientas y recursos que yo implemento en mi consulta, en mis talleres o en las conferencias que doy", aunque cambiar la mentalidad de los pacientes no ha sido sencillo, ya que la narrativa de la delgadez "está muy arraigada en nuestra sociedad y bueno, no nada más está arraigada, sino además es cierto que la gordofobia es real, es decir, la gordofobia es un sistema de discriminación normalizado en nuestra sociedad, que por supuesto todos somos conscientes, somos parte de esta gordofobia, pero quizás no somos tan conscientes de lo normalizada que está, porque esta sociedad claro que otorga ventajas y privilegios a las personas delgadas, claro que esta sociedad trata mejor a las personas delgadas, les da más oportunidades, más validación, más aplausos y entonces esta obsesión por la delgadez o este deseo por adelgazar, pues tiene que ver también con este deseo a ganar privilegios, este deseo a ser tratados de la forma en que este mundo trata a las personas delgadas, no es fácil salir de ahí".

Lobatón cuestiona en este libro los mandatos que la sociedad ha impuesto sobre nuestros cuerpos, ya que "no podemos dejar de enfatizar que va conectado también con los estándares de belleza, porque pues a pesar de que también nos dicen que es por salud, es claro que esto también tiene que ver con mandatos corporales, estándares de belleza, sobre todo a las mujeres, porque a nosotras nos atraviesa mucho más y estas imposiciones que se hace sobre nuestra apariencia, porque bueno, es cierto que mientras más nos acerquemos al modelo de cuerpo hegemónico o al prototipo de belleza, pues mejor nos va, se nos abren más puertas, el mundo nos trata mejor".

Respecto a eso, subrayó que "una persona delgada cuando va a consulta, en ningún momento el doctor te dice de entrada pues bájale a las harinas y haz más ejercicio, sino más bien indaga en cuáles son sus hábitos. Con una persona gorda, tal cual como dicen en el libro: ni siquiera me ha preguntado que como, ya me me dice que tengo que bajarle a la comida, ni siquiera me ha preguntado si hago ejercicio. Todas estas creencias y prejuicios están súper arraigados en el inconsciente colectivo".

Raquel alertó que la industria de las dietas es un negocio multimillonario, "es un negocio que genera más de $72000 millones anuales solo en EE.UU., más de $250000 millones anuales a nivel mundial" y enfatizó que es "una industria que evidentemente pues ha sabido lucar con este deseo de delgadez, porque la gente está dispuesta a gastar lo que sea con tal de acceder a esa delgadez. Entonces lamentablemente, no es en todos los casos, pero lamentablemente sí, muchos de mis colegas pues se han vuelto comerciantes del peso, tal cual, la delgadez cueste lo que cueste, a costa incluso de un desgaste en la salud".

La nutrióloga y activista por la diversidad corporal, recordó que en nuestra infancia tenemos la intuición para sabernos autorregular y elegir cuánto comer y qué comer, ya que "es algo con lo que nacemos", sin embargo al  crecer es que nos enfrentamos a la cultura de diera, la cual hace creer que "hay alimentos buenos y alimentos malos, que nos ha hecho creer que no podemos confiar en nuestro cuerpo, que no podemos autorregularnos, que tenemos que seguir reglas externas para podernos alimentar nuevamente. Si no existiera esta cultura de dietas, pues no estaríamos en esta desconexión. Esta desconexión viene de los que nos han dicho no debes de comer tanto, tienes que medir y pesar tu comida, tienes que este alimento no es bueno y esto va generando juicio, culpa, miedo hacia los alimentos. Es mucho más fácil responsabilizar al individuo de los problemas de salud que asumir las responsabilidades de una sociedad donde predomina la desigualdad, la inequidad, la marginación y la pobreza, que esos son los problemas reales, digamos, o los causantes, los mayores determinantes de la salud o de las malas salud de muchos personas".

Lobatón dijo que algunos lectores le han comentado que para ellos significa "una herramienta de liberación muy poderosa, porque esto ayuda a las personas a liberarse de culpa, a entender que su cuerpo nunca fue un problema a resolver, que no fue porque no tenían fuerza de voluntad.

Pero también puede ser muy doloroso leerlo. Me han dicho tengo que parar a la mitad porque está siendo demasiado fuerte", ya que "aceptarnos es un acto de rebeldía ante un sistema que ha lucrado con la misma insatisfacción que nos creó".