Monterrey, México, UDEM.- La ilusión de 20 niñas de entre 6 y 12 años de verse envueltas en telas coloridas simulando a sus princesas favoritas, se hizo posible gracias al trabajo y dedicación de alumnas de la carrera de Diseño Textil y de Modas de la Universidad de Monterrey, quienes hicieron entrega de los vestidos en la comunidad San Judas Tadeo en Juárez, Nuevo León.
Las estudiantes llegaron con los ajuares que entregarían a las niñas, mismo que diseñaron y confeccionaron a lo largo de varias semanas, para finalmente entregarlo y ayudarles a arreglarse, a fin de que ellas pudieran vivir el denominado “Día de Princesas”.
Rafael Hernández Gómez, Profesor coordinador de la actividad, dijo que la misma es armada por la Asociación El Mediador, quien tiene una estrecha relación con la comunidad por medio del sacerdote que presta sus servicios en la misma. Mencionó también que la dinámica es abierta a las estudiantes de la carrera de Diseño Textil y de Modas, quienes en una primera visita se eligen con la niña que trabajarán, en una segunda visita hacen la prueba del vestido para finalmente hacer la entrega.
“La intención es fomentar que las alumnas hagan contacto con su parte humana que beneficien a alguien más que en verdad lo necesita, la otra es que dentro de esta actividad por la manera en que está diseñada, las alumnas aplican conocimientos adquiridos en la carrera en elaborar el vestido que le van a regalar a las niñas, por ello tiene una doble finalidad”, mencionó Hernández Gómez.
Esta es la segunda ocasión que se realiza la actividad en la misma comunidad, las alumnas participantes fueron principalmente de segundo y tercer semestre, aunque también hubo chicas de octavo que ya habían participado en la primera ocasión hace 2 años y medio. Además de las 20 chicas de la División de Arte, Arquitectura y Diseño, se entregaron 5 vestidos más por parte de una diseñadora.
“Es un donativo de las chicas, tiempo, talento y recursos para hacer realidad el sueño, en algunas se les hizo la recomendación de que se les incluyeran zapatos, porque posiblemente no van a tener los recursos para comprar unos y poder usarlos con su vestido. Las alumnas estaban muy enternecidas por la felicidad que les dieron a las niñas por ayudarlas a vestirse de princesas y pues creo que se pudo hacer feliz a alguien más”, dijo.
Señaló que es probable que se vuelva a repetir la actividad, aunque también dejó abierta la posibilidad de que se amplié a hacer vestidos de primera comunión y quince años.
