Niñas y adolescentes de la Casa Hogar “Las Florecitas del Carmen” fueron invitadas a la Feria de Ciencias 2019
Por Karla Pérez /Fotografía: Carmen Huerta
Guadalajara, México Tec de Monterrey, CAMPUS GUADALAJARA (Conecta).- Difundir conceptos de física y química, pero de manera sencilla y atractiva para despertar el interés en quienes tienen complicaciones para mantener sus estudios fue la finalidad de la primera “Feria de Ciencias 2019”.
En esta ocasión se divirtieron mientras aprendieron cerca de 20 jovencitas, en edades desde primaria hasta preparatoria de la casa hogar “Las florecitas del Carmen”, ubicada en Santa Margarita, Zapopan.
La Feria fue organizada por el área de Ciencias Básicas de la Escuela de Ingenierías del Tec Guadalajara, quienes seleccionaron los temas y los transformaron en dinámicas ilustrativas y lúdicas, que facilitaron su comprensión.
“Espero que esto sea un impulso para todos nosotros que tuvimos la oportunidad de estudiar, de dar algo de lo que tenemos…
Dar a los que más lo necesitan la ciencia, promoverla e incentivarla en la mente de estos niños y jóvenes”, comentó José Julio Guedea, profesor de física del área de Ciencias Básicas del Tec.
Juan Carlos Quezada también catedrático del área, señaló que buscan: “motivar a los niños a la ciencia, ellos pueden llegar a donde ellos quieran, simplemente es meterse en esto…
Pero en nuestro país no hay muchos eventos así, esto es ir sembrando semillas, para que estos niños en algún futuro puedan ir creciendo”.
La Feria de Ciencias 2019 estuvo conformada por 4 estaciones de física y una de química, donde se abordaron los temas de:
· Pendiente y aceleración: para conocer los elementos físicos y matemáticos que el tema conlleva emplearon las herramientas que utiliza el departamento de tránsito para detectar vehículos a exceso de velocidad.
· Oscilador armónico amortiguado: mediante un péndulo conectado a la computadora se detectaban los fenómenos físicos que se repiten y las variables que intervienen.
· Tiro parabólico: de manera lúdica los asistentes comprobaban la distancia y alcance máximo que se lograba, dependiendo del ángulo del tiro.
· Ondas estacionarias: relacionadas con la música, en esta ocasión al tocar una guitarra, se podía observar el patrón que cada nota brinda en específico.
· Reacciones químicas: con la mezcla de diversos químicos se lograba generar la suficiente energía para que unos pequeños vehículos recorrieran una distancia.
Los estands también eran atendidos por estudiantes de profesional del Tec que ejercitaban sus habilidades de comunicación al convivir con pequeñas que mantienen otras condiciones sociales y académicas que se viven en México.
Tal es el caso de Daniel Díaz López, quien acaba de concluir el segundo semestre de Ingeniería en Biotecnología (IBT) y quien apoyó en el puesto del “Oscilador armónico amortiguado”.
“A mí me gusta la ciencia y enseñarles a los chicos. Para mí es enriquecedor porque estamos tan acostumbrados a lo que vemos en la universidad, pero cuando se los trato de explicar tengo que adaptar el lenguaje…
Tuve que explicárselo a través de ejemplos y es muy padre ver cómo se asombran con los detallitos, cuando ya lo van entendiendo y lo van relacionando con su vida”, exclamó.
Para el Tec es importante la creación de estos espacios que incentiven el gusto por la ciencia y la tecnología, que motiven a las nuevas generaciones a continuar sus estudios y apoyar la movilidad social en el país.
“Hay quienes no tienen los recursos necesarios, pero es importante porque incluye gente con mucho potencial. Ellos son niños, tienen todo lo necesario para seguir creciendo y estamos seguros que a más de uno le va a gustar…
Hay lugares en la ciencia que ellos pueden tomar, lo que necesitan es echarle ganas y estudiar duro, después pueden conseguir una beca y mover a sus compañeros para que sigan sus pasos”, concluyó Juan Carlos Quezada.
