La década de 2011 a 2020 fue la más cálida desde que se tienen registros
Con los seis años que más altas temperaturas han observado, todos a partir de 2015. El enfriamiento producido por el fenómeno La Niña colocó al pasado como el tercer año más alto en nivel de calor, después de 2016 y 2019. El mundo “va camino a alcanzar un aumento catastrófico de la temperatura de 3 a 5 grados Celsius en este siglo”, advierte el titular de la ONU.
Naciones Unidas.- El avance del cambio climático se hizo patente una vez más durante el año 2020, que llegó a ser el tercero más caliente de la historia registrada, informó este jueves la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
El fenómeno meteorológico La Niña, que produce un efecto de enfriamiento, redujo un poco el calor a finales de año, para bajar la temperatura promedio del 2020, explicó la OMM al divulgar los resultados de los datos correspondientes a ese periodo.
Con el calor del 2020, la década iniciada en 2011 pasó a los anales como las más cálida de los registros. Durante ese lapso ocurrieron los seis años con mayores temperaturas, todos a partir de 2015.
Si bien 2016 ocupa el primer lugar en calor, la diferencia de la temperatura media mundial con 2019 -el segundo lugar- y 2020 -el tercero-, es prácticamente insignificante. En 2020, la temperatura fue de aproximadamente 14,9 °C, es decir, 1,2 ± 0,1 °C superior a los niveles preindustriales (1850-1900).
Recordatorio claro
El Secretario General de las Naciones Unidas afirmó que el mundo va “camino a alcanzar un aumento catastrófico de la temperatura de 3 a 5 grados Celsius en este siglo”.
“La confirmación de la Organización Meteorológica Mundial de que 2020 fue uno de los años más cálidos desde que se iniciaron los registros es un claro recordatorio de que el cambio climático avanza con paso firme, destruyendo a su paso vidas y medios de subsistencia en todo nuestro planeta”, recalcó António Guterres.
Subrayó que con el actual aumento de 1,2°C ya se producen fenómenos meteorológicos extremos sin precedentes en todas las regiones y en todos los continentes.
“Hacer las paces con la naturaleza es la tarea que definirá el siglo XXI. Debe ser la máxima prioridad para todo el mundo, en todas partes”, enfatizó Guterres.
El cambio climático tiene la misma fuerza que la naturaleza
El secretario general de la OMM se sumó a la expresión de alarma de Guterres al destacar que las temperaturas de 2020 estuvieron prácticamente a la par de las de 2016, año en que se registró uno de los episodios de calentamiento de El Niño más intensos y que fue sólo gracias al fenómeno La Niña que se dio un efecto de enfriamiento temporal.
Es decir, “la situación de calor excepcional en 2020 se dio incluso cuando se produjo un episodio de La Niña”, enfatizó Petteri Taalas.
"La situación de calor excepcional en 2020 se dio incluso cuando se produjo un episodio de La Niña".
“Este claro indicio del cambio climático producto de las actividades humanas es hoy tan poderoso como la fuerza misma de la naturaleza”, puntualizó.
Taalas explicó que la clasificación de la temperatura por año es sólo un elemento puntual de una tendencia a mucho más largo plazo y resaltó que desde los años ochenta, cada nueva década ha sido más cálida que la anterior.
“Los gases que retienen el calor en la atmósfera se mantienen en niveles récord y el largo ciclo de vida del dióxido de carbono, el gas más importante, somete al planeta a un futuro calentamiento”, advirtió.
La agencia meteorológica estimó que el episodio de La Niña que comenzó a finales de 2020 continuará a principios y hasta mediados de 2021.
La situación de calor excepcional en 2020 se dio incluso cuando se produjo un episodio de La Niña.
Por lo general, los efectos de La Niña y El Niño en la temperatura media mundial se dejan sentir con mayor intensidad durante el segundo año del episodio, pero aún está por verse en qué medida La Niña podrá cambiar temporalmente la tendencia general de calentamiento a largo plazo en 2021.
Algunas de las características más destacadas de 2020 fueron el calor sostenido y los incendios forestales en Siberia, una reducida extensión del hielo marino en el Ártico, y una temporada récord de huracanes en el Atlántico.
La temperatura es sólo uno de los indicadores del cambio climático. Los otros son las concentraciones de gases de efecto invernadero, el contenido de calor del océano, el pH oceánico, el nivel medio del mar a nivel mundial, la masa glaciar, la extensión del hielo marino y los fenómenos extremos.
Como en años anteriores, en 2020 el aumento de las temperaturas tuvo importantes repercusiones socioeconómicas. Por ejemplo, como consecuencia de los desastres meteorológicos y climáticos los Estados Unidos sufrieron pérdidas récords de 22 000 millones de dólares en 2020, que fue, para ese país, el quinto año más cálido desde que se iniciaron los registros.