25
Lun, Nov
147 New Articles

2018 se perfila como uno de los años más calurosos de la historia, pero no es una sorpresa

Medio Ambiente
Typography

Naciones Unidas.- El clima extremo, que incluye temperaturas récord y olas de calor, sequías y precipitaciones desastrosas, marcó la primera mitad del verano en el hemisferio norte, lo que ha repercutido en la salud,, la agricultura, los ecosistemas y la infraestructura y ha provocado incendios forestales devastadores.

 

“2018 se perfila como uno de los años más calurosos de la historia, con récords de temperatura en muchos países. Esto no es una sorpresa. Las olas de calor y el calor extremo que estamos experimentando son consistentes con lo que esperamos como resultado del cambio climático causado por las emisiones de gases de efecto invernadero. Esto no es un escenario futuro, está sucediendo ahora”, dijo la secretaria general adjunta de la Organización Meteorológica Mundial, Elena Manaenkova.                

Según la Organización Mundial de la Salud, la exposición excesiva al calor tiene una amplia variedad de efectos fisiológicos en los seres humanos que pueden resultar en muertes prematuras e incapacidad.

La excesiva exposición al calor durante periodos prolongados del día y la noche puede producir insuficiencias cardiovasculares, respiratorias y renales, así como diabetes.

Los grupos de población más vulnerables son las personas mayores, los niños, las mujeres embarazadas, los obreros que trabajan al aire libre y los pobres.

Clima a través del mundo

Japón sufrió las peores inundaciones y los deslizamientos de tierra más graves en décadas, con muchos registros de precipitaciones diarias rotos entre el 28 de junio y 8 de julio: más de 200 personas perdieron la vida, se destruyeron o inundaron unas 10.000 viviendas y se produjo una intensa ola de calor, según cifras oficiales del Gobierno.

Dentro de la red de observación desplegada por la Agencia Meteorológica de Japón,  200 de las 927 estaciones registraron una temperatura máxima superior a los 35 grados Celsius el 15 de julio y el 19 de julio, la Agencia emitió una advertencia de temperaturas muy altas del 24 julio al 2 de agosto.

La localidad de Kumagaya estableció un nuevo récord máximo de temperatura diaria de 41,1 grados Celsius, y la de Oume de 40,8 el 23 de julio. Las temperaturas y la humedad peligrosamente altas se produjeron cuando Japón buscaba recuperarse de las peores inundaciones y derrumbes ocurridos en décadas. 

Además, la Administración Meteorológica de Corea emitió una advertencia severa durante varios días de que las temperaturas máximas diarias eran de más de 35 grados, y se rompieron varios registros de temperatura diaria. Es probable que las condiciones calientes continúen hasta finales de julio.

Ouargla, en el desierto del Sahara de Argelia, informó de una temperatura máxima de 51,3 grados el 5 de julio. Es probable que esta sea la temperatura más alta confiable jamás registrada en Argelia. El Archivo de fenómenos meteorológicos extremos de la Organización Meteorológica señala que la ciudad de Kebili, en Túnez, mantiene el récord de temperatura más alta registrada en África con 55 grados en julio de 1931. Sin embargo, ha habido dudas sobre la fiabilidad de los registros de temperatura de la era colonial.

Este año, muchas partes del norte de África vieron una ola de calor del 3 al 10 de julio. Marruecos marcó un récord de 43,4 grados en Bouarfa el 3 de julio. Las altas temperaturas también se pronostican para la semana que comenzó el 23 de julio.

La estación de Furnace Creek en el parque nacional Parque Nacional del Valle de la Muerte en el estado norteamericano de California, registró una temperatura de 52,0 grados el 8 de julio. La estación tiene el récord de la temperatura más alta registrada en la Tierra con 56,7 grados, el 10 de julio de 1913. 

Otras partes de California también fueron afectadas por el calor extremo. El centro de Los Ángeles estableció un récord mensual mínimo de julio de 26,1 grados para la noche del 7 de julio.

Chino, cerca de Los Ángeles, vio una temperatura récord de 48,9 grados. El aeropuerto de Burbank estableció un récord absoluto de 45,6 grados el 6 de julio, superando los 45 registrados en 1971, y el aeropuerto Van Nuys registró una temperatura récord de 47,2, según el servicio meteorológico estadounidense. 

Además, este servicio emitió una advertencia de calor excesivo para el sureste de California y el suroeste y el centro-sur de Arizona, e informó de que el Parque Nacional del Valle de la Muerte registró 53 grados.

En Canadá, una ola de calor combinada con alta humedad en la provincia de Quebec contribuyó a decenas de muertes, especialmente entre los más vulnerables y los ancianos.

Al mismo tiempo, partes del este de Canadá vieron un breve retorno del clima invernal, con nieve en partes de Terranova y Cabo Bretón (Nueva Escocia) y temperaturas de -1 grados en St John's y Halifax. El clima de invierno a finales de año es raro. Esta es la primera vez que se registra desde 1996.

Las temperaturas fueron excepcionalmente altas en gran parte del norte de Siberia en junio de 2018. Esa tendencia continuó durante la primera semana de julio.

El Centro Hidrométrico de Siberia Occidental de Rusia emitió una advertencia de tormenta debido a temperaturas de más de 30 grados durante más de cinco días. Esto crea altos riesgos de incendios forestales, interrupciones en el suministro de energía, y en los servicios públicos, como el transporte.

La región de Krasnoyarsk informó de anomalías diarias de 7 grados por encima del promedio, con incendios que ya afectan a unas 80,000 hectáreas de bosque.

En medio de una ola de calor extendida en Escandinavia, las temperaturas superaron los 30 grados en el Círculo Polar Ártico. Noruega registró una temperatura récord de 33,5 grados en Badufoss el 17 de julio, y alcanzó los 33,4 en Kevo, en Finlandia.

Influenciado por un viento cálido, el extremo norte de Noruega (Makkaur) registró un récord de temperatura mínima durante la noche de 25,2 el 18 de julio.

La ola de calor siguió a un mayo excepcionalmente seco y cálido en el norte de Europa, lo que condujo a un constante de incendios forestales en toda Escandinavia y la región del Báltico. Suecia informó acerca de 50 incendios forestales que ardían a mediados de julio. 

Los incendios avivados por los vientos extremadamente fuertes mataron a docenas de personas cerca de Atenas la noche del 24 de julio en una de las peores tragedias vividas en Grecia durante años.

El 23 de julio las temperaturas alcanzaron aproximadamente 38 grados y hubo fuertes vientos del oeste. Grecia, sin embargo, no ha sido testigo de precipitaciones por debajo del promedio en lo que va del verano y por lo tanto las condiciones meteorológicas en Grecia no se pueden comparar con Escandinavia.

Irlanda registró olas de calor sinópticas (5 días consecutivos o más con una temperatura máxima de más de 25 grados) en 15 estaciones y una sequía absoluta en todas sus estaciones.

El Reino Unido registró su primer semestre de verano más seco, con solo 47 mm de precipitación entre el 1 de junio y el 16 de julio. Sus servicios meteorológicos han informado de que la ola de calor continuará en gran parte de Inglaterra esta semana, con temperaturas que alcanzarían los 32-34 grados en algunos lugares el 27 o el 28 de julio.

Armenia vio una ola de calor entre el 29 de junio y el 12 de julio. La temperatura promedio del aire diario fue de 4 a 7 grados por encima de lo normal y de hasta 9 en algunas regiones. También se observó una nueva temperatura récord de 42,6 grados en Areni el 12 de julio.

Relación al cambio climático

Los episodios de calor extremo, precipitaciones y sequías están aumentando como resultado del cambio climático. Aunque no es posible atribuir los eventos extremos individuales de junio y julio a este fenómeno, son compatibles con la tendencia general a largo plazo debido al aumento de las concentraciones de gases de efecto invernadero en todo el mundo.

Muchos estudios recientes han encontrado que la probabilidad de estos eventos extremos son influencia de la actividad humana, ya sea directa o indirectamente.