Monterrey, México. (UDEM). - Con un proyecto de eliminación de partículas contaminantes a través de un proceso de recubrimiento inteligente en el que se involucra la luz solar y el viento, un equipo interdisciplinario de alumnas de la Universidad de Monterrey obtuvo el pase para la final del Hult Prize, considerado como el máximo concurso para emprendedores sociales a nivel mundial.
Las alumnas Frida Leal, de la Licenciatura en Diseño Industrial; Ana María Peñúñuri, de Ingeniería en Innovación Sustentable y Energía; y Ana Cecilia Álvarez, de Arquitectura; se convirtieron en las primeras participantes de la UDEM en una final del certamen organizado por Hult International Business School.
La fundación Hult Prize, cuya actividad es respaldada por la Clinton Global Initiative, es un acelerador de negocios para start ups de jóvenes emprendedores sociales que emergen de las distintas universidades del mundo.
El pitch de negocios de la etapa regional se realizó de forma virtual, debido a la contingencia sanitaria en el país, el pasado sábado 28 de marzo, y, por las mismas causas, aún no se define la ciudad ni la fecha en que se realizará la etapa final.
Este año, dos proyectos resultaron seleccionados en la regional –aunque lo más frecuente es que se elija solo a uno–, que se desarrolla durante marzo y abril en aproximadamente 15 sedes en diferentes partes del mundo, y los ganadores de esta etapa son apoyados en la aceleradora de negocios de Hult, durante seis semanas.
Para este 2020, el reto de la competencia fue de proyectos relacionados con el cuidado del medio ambiente y los finalistas disputarán el primer lugar, que consiste en un premio de un millón de dólares como apoyo para el proyecto.
Durante el año pasado, las alumnas desarrollaron su idea y un prototipo durante la clase del artista holandés Daan Roosegaarde, titulada Agua, tierra, aire, como profesor invitado en el área de Diseño de la UDEM, y, posteriormente, fueron asesoradas por el Hub de Emprendimiento de esta casa de estudios, en temas legales, fiscales, de finanzas y de imagen gráfica, entre otros.
El proyecto de las alumnas, llamado Pollu-Mesh, es el resultado de un año de trabajo y consiste en la implementación de un recubrimiento, basado en nanotecnología, que funciona como un proceso fotocatalítico, en muros, vidrio u otras superficies de inmuebles, mobiliario urbano o transporte público, de acuerdo con la alumna Ana María Peñúñuri.
"Un componente libera oxígeno limpio y otro componente lo degrada, y (el contaminante) se regresa a la tierra; el recubrimiento neutraliza partículas contaminantes en el aire, principalmente de la combustión de los carros: partículas SOx (óxidos de azufre) y NOx (óxidos de nitrógeno)”, explicó.
Provisionalmente, el prototipo fue probado en publicidad exterior el año pasado, aprovechando la estructura existente de un panorámico de la ciudad, cercana al campus UDEM, pero el equipo redefinió la propuesta para utilizar otros espacios públicos.
En esta fase regional, planteamos la escalabilidad que queremos lograr: por el momento el prototipo se aplicó en anuncios panorámicos de publicidad exterior, pero la idea es que lo podamos aplicar en otras superficies de más metros cuadrados, fachadas de edificios, mobiliario urbano exterior, vidrios, camiones, mamparas, estamos ideando en qué otra superficie se puede poner”, comentó.
La estudiante de Ingeniería agregó que, adicionalmente, el grupo de alumnas está trabajando en conjunto con algunas empresas sobre sus proyectos particulares, para complementarlos con la tecnología de Pollu-Mesh.
Ana María se refirió al apoyo que como equipo recibieron por parte del Hub de Emprendimiento de la UDEM y del Centro Roberto Garza Sada de Arte, Arquitectura y Diseño para el desarrollo del proyecto.
"Estuvieron muy al pendiente, tanto maestros de negocios, como asesores de finanzas y abogados, aclarándonos cada duda y nosotras aprendiendo con ellos cosas que no sabíamos, porque nosotras somos del área de Diseño”, comentó.
El proyecto Pollu-Mesh ha impactado no solo en el medio ambiente, sino en el desarrollo de las alumnas, quienes sienten haberse complementado entre ellas de manera satisfactoria para dar nacimiento a una empresa con un proyecto que le pareció atractivo a profesionales a nivel internacional.
"La UDEM me inspiró a descubrir más cosas sobre mí misma, que talvez una no se da una cuenta; a veces, no creí que pudiera lograr cosas, pero es cuestión de seguir y no tener miedo”, advirtió.
Ana María aconsejó a las y los estudiantes que crean en sus proyectos, porque pueden llegar a desarrollarse en grande, y que confíen mucho en sus equipos de trabajo.