La UANL ha creado 10 programas para fortalecer la resiliencia
Por Gabriela Ortiz
Monterrey, México, UANL (Punto U).- Las medidas de salud pública como el confinamiento son necesarias para evitar la propagación del coronavirus, sin embargo, para muchos fue un cambio drástico en sus vidas: el miedo, la incertidumbre, los factores económicos provocados por el encierro, afectaron no solo la salud física, sino también la emocional.
Ante este panorama, el doctor Álvaro Ascary Aguillón Ramírez, director de la Facultad de Psicología, señaló que la pandemia impactó la salud e higiene mental en padecimientos como estrés, depresión, ansiedad, insomnio, entre otros.
En atención a esto, desde el mes de abril del año pasado hasta la fecha, la Universidad Autónoma de Nuevo León, a través de la Facultad de Psicología, ha creado 10 programas en coordinación con preparatorias y facultades bajo el esquema de resiliencia institucional.
Programas
Desde el inicio del confinamiento, algunos de los programas presentados han alcanzado los siguientes resultados:
Uni Contigo
55,500 consultas y 7,200 personas
App COVID-19 Informa
3,300 usuarios
Unidad de compañía a empresas
6,400 consultas para 920 empleados.
CEERCA
6,900 consultas divididas en 820 personas.
Desarrollo Integral del Manejo Emocional (DIME)
3,500 participantes.
Psicología, Orientación y Terapia Integrativa (POrTI)
45 usuarios.
Además, se han publicado 53 artículos de divulgación psicológica en diversos medios a nivel nacional e internacional con un alcance mayor a 35 mil lectores.
Psicología: más allá de la profesión
El encierro nos ha expuesto a escenarios en los que somos vulnerables ante la presencia de desórdenes de índole psicológico, por ello, el rol de los profesionales de esta área se ha vuelto importante como los que luchan en primera línea contra el COVID.
“Es un gran desafío que estamos afrontando con mucha profesionalidad y humanismo, ya que en el ADN institucional de la Facultad de Psicología está siempre el sumarnos a la voluntad y el desarrollo de la calidad de vida de las personas y, en particular, de su bienestar integral”.
El reto hacia la nueva normalidad
Para el director de esta dependencia, el gran reto que se percibe desde la perspectiva psicológica es la adaptación de las personas a esta nueva normalidad.
El director universitario también considera pertinente atender la salud mental tanto de niños como adultos en el momento en que se vaya a dar su reintegración a las actividades.
“Es importante compartir que hay que atender, por ejemplo, el coeficiente emocional o la inteligencia emocional o la reorganización de los niños cuando entren a las escuelas, y a nivel laboral, las relaciones interpersonales entre los empleados y sus compañeros en general.
“Hay que volver a atender los trastornos del sueño, la ansiedad, el estrés, la depresión y la melancolía, que han tenido un marcado ascenso durante el confinamiento”, puntualizó.