Quienes abandonaron su lugar de origen fue por conflictos políticos, bélicos, sociales y por cuestiones ambientales
Ciudad de México, UNAM.- América del Norte es la región que históricamente destaca por ser de las principales receptoras de flujos migratorios; Estados Unidos se mantiene a la cabeza como destino mundial y de acuerdo con estadísticas del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales (DAES) de Naciones Unidas, más de 50 millones de migrantes internacionales (18 por ciento del total global) se encontraron en ese país en 2020.
Asimismo, la India, por ser uno de los países más poblados, fue la principal nación con mayores diásporas: 18 millones de pobladores que viven fuera de su lugar de nacimiento, seguido por México y Rusia (11 millones cada uno), China (10 millones) y Siria (8 millones).
La especialista del Centro de Investigaciones sobre América del Norte (CISAN), Estefanía Cruz Lera, afirma que en 2021 la mayoría de quienes se vieron obligados a abandonar su lugar de origen lo hizo por dos razones: conflictos políticos, bélicos y sociales, como es el caso de los sirios, venezolanos y afganos; así como medioambientales, aunque en su mayoría se trasladan al interior de sus propios países.
El DAES señala que cada año, millones de hombres, mujeres y niños en el mundo salen de su lugar de residencia en previsión o como consecuencia de situaciones de estrés ambiental: ciclones, inundaciones, sequías, cambios en los patrones pluviales e incendios forestales, por ejemplo, que destruyen viviendas y bienes. Es de suponer “que el cambio climático antropogénico tendrá una influencia cada vez mayor en las migraciones y en otras formas de movilidad en respuesta a la evolución de estos riesgos”.
La académica universitaria resalta que “en el mundo aun no llegamos al momento de desplazados internacionales ambientales, pero es evidente que, con la intensificación de los desastres naturales, consecuencia del cambio climático, lo serán; esa es la mayor preocupación de los organismos internacionales, y no se está preparado para recibirlos”.
Detalla que el término migrante es abstracto, la definición clásica se refiere a todos aquellos individuos que viven en un lugar diferente al que nacieron y del que se vieron forzados a deshabitarlo de manera voluntaria o forzada, puede ser una movilidad al interior de una nación o fuera de sus fronteras, de manera temporal o permanente.
Con motivo del Día Internacional del Migrante que se conmemora el 18 de diciembre, la también profesora en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales expone que la legislación en materia de refugiados tiene tendencia eurocentrista (tomar las tradiciones y los valores europeos como patrones universales), porque se aprobó inmediatamente después de la Segunda Guerra Mundial, cuando hubo éxodos que debieron atenerse a la protección de otras naciones.
Al abordar el tema de los refugiados, manifiesta que un componente para otorgar la condición de asilado es el miedo probado de persecución. En el caso de América Latina también existen reglamentos regionales.
En la actualidad, los contextos han cambiado y los estatutos incluyen también la pobreza, violencia de las pandillas, incluso las agresiones hacia aquellos que pertenecen a colectivos LGBTQ, cuya integridad y vida peligran en algunas regiones.
Naciones Unidas también se refiere a flujos mixtos, es decir, la confluencia de individuos que migran por razones económicas y por trata con fines de explotación sexual o laboral. Las desigualdades y la pobreza confluyen en estos fenómenos.
Otro tema relacionado es el de las remesas. Los mexicanos en Estados Unidos lideran el envío de dinero. La especialista detalla que en el mundo uno de cada nueve hogares depende de esos recursos porque alivian las contradicciones económicas.
Agrega que dos terceras partes de los migrantes son transterrados económicos, huyen porque no encuentran oportunidades laborales o son mal remunerados. En la misma posición se encuentran los expatriados calificados, esto es, la llamada fuga de cerebros o talentos que no encuentran en sus lugares de origen las condiciones para su desarrollo profesional.
Resalta que México, como aquellos países que rechazan la llegada de extranjeros por considerarlos, entre otras razones, responsables del aumento de la delincuencia o la pérdida de empleos, también tiene un doble estándar hacia ellos: reconoce la condición de refugiados a venezolanos, sirios y afganos, pero no a los centroamericanos quienes buscan transitar por nuestro país hacia Estados Unidos, incluso se han visto algunas actitudes antiinmigrantes en entidades por los que transitan, ejemplo de ello es Tijuana, una ciudad que ha recibido miles de migrantes mexicanos y extranjeros, y que se formó con esta vena migratoria.
Ante ello, al igual que EU, el Estado mexicano requiere de una política integral para evitar problemas que implican las caravanas que cruzan por el país. En el caso del éxodo centroamericano, “nos encontramos entre la espada y la pared, pues por un lado no se quisiera asumir estas posturas de securitización, ni desplegar a la Guardia Nacional hacia la frontera sur de México”.
Enfatiza en la necesidad de atacar las causas profundas de este fenómeno, como la violencia, la pobreza y la falta de oportunidades laborales; sin embargo, esto es algo que no se resolverá de un día para otro por lo que se requieren respuestas por generaciones, para detener estos desplazamientos.
La universitaria plantea que se ha insistido en que la vía para aliviar esas contradicciones en el mundo es establecer acuerdos de migración temporal, por ejemplo para trabajadores agrícolas entre ambas naciones, o de Europa hacia Europa del Este y Europa del Oeste.
Aportes
Las comunidades trasnacionales desempeñan un papel importante a la hora de aprovechar los beneficios que pueden aportar al desarrollo económico de los países de origen y destino; no obstante, “persisten los prejuicios hacia la otredad, al que es diferente a mí en términos de color o tiene diferentes creencias y costumbres en los lugares de recepción; nos cuesta acostumbrarnos a la diversidad”, apunta.
En el caso de Estados Unidos, prosigue, los trabajadores migratorios son grandes emprendedores, hay numerosas empresas, incluso ahora trasnacionales, fundadas originalmente por ellos. Carecer de las ventajas de las que gozan los residentes, los hace más creativos e innovadores.
En definitiva, aportan mucho en sus lugares de destino; en el caso de Europa contribuyen a solventar el desequilibrio que se registra en esa región, por el envejecimiento poblacional y la baja tasa de natalidad.
Existe la idea de que Unión Americana recibe el mayor número de migrantes, eso quizá sería en términos absolutos. En realidad, 80 por ciento de la población de Emiratos Árabes Unidos está constituida por migrantes; un país musulmán altamente restrictivo y con una de las mejores situaciones económicas, donde se pueden construir comunidades diversas y mantener sus costumbres, contrario a lo que ocurre en México y el país vecino, donde nuestra posición antiinmigrante no nos permite abrir los brazos para dar la bienvenida a personas en esa condición”, concluye Cruz Lera.